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La manifestación de ayer sábado volvió a reunir a personas de toda condición social y edad. El tiempo acompañó, así que en esta ocasión se pudo ver a muchos niños entre los manifestantes, tanto en la primera parte del recorrido, de la Plaça d'Espanya hasta el Born, como en el segundo tramo, que llevó a los manifestantes hasta el Consulado de EEUU.

Más de 4 horas y unos 7 kilómetros «para expresar el rechazo a la violencia», aunque la mayoría se mostró escéptica en cuanto a la posibilidad real de evitar la guerra. Tal es el caso de Antoni Grimalt, profesor de Lingüística de la Universitat de les Illes, para quien además «éste es el momento de reflexionar a quién se vota». De la misma opinión es Josep Noguera, delegado de Cáritas Diocesana de Mallorca, que aseguró: «La democracia no consiste sólo en votar una vez cada cuatro años. Los ciudadanos deben ejercerla durante toda la legistura». Jaume March, un niño de 11 años, acompañó a su madre a la manifestación. Jaume piensa que «si hay guerra habrá muchos muertos y familias sin casa». La manifestación transcurrió con normalidad. Sólo en el Consulado de EEUU se produjo un incidente, cuando una persona increpó al sindicalista Pep Juárez -que volvió a leer el manifiesto- diciéndole «di también a cuánta gente ha asesinado Sadam».