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OTR/PRESS-SANTIAGO
El ex consejero gallego de Política Territorial Xosé Cuiña no asistió ayer a la toma de posesión de su sucesor en el cargo, Alberto Núñez Feijoo. El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, dijo por ello que no hay nadie que sea «fijo e irremplazable». Fraga aprovechó la rueda de prensa posterior a la reunión extraordinaria de su Gobierno para defender la nueva estructura del Ejecutivo y para arremeter contra la oposición por su «deslealtad».

«Ninguno somos, por desgracia, fijos e irremplazables», dijo Fraga sobre la renuncia -recalcó que «voluntaria»- de Cuiña. El presidente aseguró que no quiere evaluar las «reacciones personales» del ex consejero, y justificó su ausencia en la fecha de la dimisión, el jueves. Según dijo, desde entonces era el consejero de Presidencia, Xaime Pita, quien asumió las competencias de Cuiña.

El portavoz del BNG, Xosé Manuel Beiras, aseguró que la crisis del Gobierno gallego no está cerrada, algo que sólo puede producirse con la dimisión del propio Fraga.

Pese a todo, la reforma del Gobierno gallego sigue en boca de todos. Empresarios afines a Cuiña aseguraron que fue el secretario general del PP gallego, Xesús Palmou, quien solicitó el cese de Cuiña. «Sin lugar a dudas de ninguna clase, Palmou nunca me propuso la salida de Cuiña», dijo en dos ocasiones el propio Fraga. Aunque, eso sí, admitió que Palmou le entregó «las informaciones que consideró pertinente y sus opiniones» el mismo jueves.

Cuiña, por tanto, no acudió al acto de toma de posesión, y, como aseguró tras su dimisión, sigue sin hacer declaraciones, una actitud que mantendrá hasta que la Comisión del Estatuto de los Diputados del Parlamento gallego investigue y dictamine sobre la existencia de las responsabilidades en que podría haber incurrido. Ayer mismo registró la petición ante el Registro General de la Cámara autonómica. Cabe recordar que la dimisión de Cuiña se produjo tras conocerse que una empresa de su familia vendió material, a través de otra sociedad, a Tragsa y la Xunta para limpiar las playas gallegas.

La reforma de Fraga no afectó a más departamentos de los previstos, y al de Cuiña. Fraga, en todo caso, destacó que la nueva estructura orgánica del Gobierno gallego contribuye a racionalizar la Administración autonómica y permitirá mejorar la prestación de servicios y la coordinación. A su juicio, eso permitirá «un nuevo impulso» a la acción de Gobierno.

El presidente de la Xunta aseguró que el objetivo de esta reforma es convertir «la calamidad» dePrestige en «una renovada ocasión para mejor servir a Galicia».