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El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, espera que a partir del día 15 de este mes ya se puedan abrir algunas zonas de pesca, «siempre que la calidad de las aguas y la recuperación de los recursos pesqueros lo permitan», para volver cuanto antes a la normalidad en Galicia. Arias Cañete hizo estas declaraciones en Madrid durante la presentación del balance 2002 y proyectos 2003 de su Departamento y en el que no faltó una amplia referencia a los daños ocasionados, a finales de 2002, por el vertido del petrolero Prestige, principalmente en Galicia, aunque también en el resto de la costa cantábrica.

Para recuperar la normalidad de la actividad pesquera el ministro comentó que trabajarán en colaboración con la Agencia de Seguridad Alimentaria para llevar a cabo, antes de su apertura, controles de presencia de hidrocarburos en las zonas vedadas. Arias Cañete señaló que para ello se fijará un protocolo de actuación que permita una coordinación en las decisiones. Las primeras zonas para recuperar la actividad serán las zonas de pesca y marisqueo al sur del cabo Finisterre, así como la fachada del cantábrico a partir de cabo Ortegal, aunque reconoció que la Costa de la Muerte precisará de mayor tiempo de recuperación.Para hacer frente a los gastos ocasionados por las vedas temporales al sector pesquero, marisquero y acuícola, Arias especificó que se contarán con unas previsiones financieras de 170 millones de euros para paliar el daño ocasionado por el vertido en las zonas afectadas. Mientras, el grupo de expertos en Derecho Marítimo Internacional, creado en el Ministerio de Asuntos Exteriores a raíz de la catástrofe dePrestige, presentará este mismo mes sus propuestas para reforzar la seguridad marítima en el marco de los Convenios de Derecho Marítimo Internacional, según anunció ayer la jefa de la diplomacia española, Ana Palacio. La ministra, que desgranó en una rueda de prensa los ejes prioritarios de la política exterior para el año 2003, adelantó que es intención de España promover un cambio en el Derecho Marítimo para que prime «la seguridad y los valores ecológicos» y se dejen atrás las ideas de libertad de navegación predominantes en el siglo XVII.