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La Costa da Morte sufrió ayer una nueva marea de fuel ocasionada por el hundimiento del petrolero «Prestige», con olas de hasta más de medio metro de espesor en las zonas más castigadas, situación que podría empeorar el próximo fin de semana si se mantienen las predicciones meteorológicas.

En la tercera marea negra que entró en la Costa da Morte, algunos ayuntamientos como Carnota, de los más castigados desde el primer momento en que el «Prestige» comenzó a arrojar fuel, amanecieron con nuevas oleadas de hidrocarburo en sus playas y acantilados, de hasta más de medio de metro de grosor, que llegaron a ensordecer el ruido del mar al adentrarse a la arena.

Como comentaba el alcalde de Muros, Celestino Formoso, tras tantas semanas de permanecer a la expectativa sobre el sentido que tomará el viento, sus vecinos se encuentran entre «resignados y cabreados», puesto que, como el resto de los gallegos, piensan que se trata de una «marea interminable». Los marineros de Camariñas también salieron ayer a la mar, pero encontraron pocas manchas de importancia, porque el fuel se encuentra ya depositado en las rocas.

Mientras, el alcalde de Finisterre, que también ayer recibió hidrocarburo en sus playas, expresó su exasperación al asegurar a que sus marineros llevan demasiado tiempo preguntando «dónde caerá hoy» el resto que escupió el «Prestige». Los patrones mayores de las cofradías de O Grove, A Pobra y Cangas, que desde el pasado martes mantienen una huelga de hambre para reclamar más medios, han anunciado que mantendrán su actitud en tanto no reciban una «respuesta convincente» de la Administración.