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EFE-SALAMANCA El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo ayer que las medidas de regeneración democrática propuestas por su partido, entre ellas un endurecimiento de la ley de incompatibilidades, «no se proponen denunciar o atacar a nadie, sino servir a los ciudadanos para mejorar sus intereses y libertades». Zapatero hizo estas manifestaciones en un acto público en el Palacio de Congresos de Castilla y León, en Salamanca, ante unos 1.200 simpatizantes, acompañado por el secretario regional del PSOE, Angel Villalba, el candidato de este partido a la alcaldía de Salamanca, Fernando de Pablos, y el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Jesús Caldera.

«Haré un Gobierno para la cooperación y el diálogo, donde no habrá ningún interés privado que prime sobre el público, de forma que quienes ocupen un cargo sepan que van a servir, no a servirse», argumentó. El dirigente socialista recordó su origen leonés y prometió que guardará «plena lealtad» a esta Comunidad, donde «se notará cuando gobierne». Abundó, sobre las medidas de regeneración, en que «no son una propuesta para acusar, aunque el PP por su pasado piense que intentamos cuestionar la dignidad de la vida pública, pero eso es falso, y cada mejora de la calidad democrática será más positiva si la hacemos entre todos».

Los objetivos de su partido son, ahora, «seguir haciendo una oposición de propuesta» y recoger las aportaciones de la ciudadanía para redactar los programas electorales, pues el PSOE «no malgastará el tiempo en pelear con el PP, lo empleará en escuchar a las personas». Zapatero aseguró que su formación siempre ha estado abierta al diálogo, y criticó al Ejecutivo central «porque un Gobierno que se precie tiene que saber decir que hay problemas serios».