El Gobierno salió ayer al paso de la preocupación expresada ayer
por el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, sobre el
crecimiento de la economía y el riesgo que supone el endeudamiento
de las familias, manteniendo sus previsiones para este año y el
próximo. El propio vicepresidente económico, Rodrigo Rato, afirmó
que resulta difícil discutir sobre décimas y aseguró que los datos
de que dispone su departamento avalan la certeza de que está
comenzando la recuperación.
Rato ratificó las previsiones de crecimiento del Gobierno (2'2%
para 2002 y 3% para 2003), explicando, como viene siendo
tradicional en el equipo económico, que «es muy difícil discutir
sobre décimas de crecimiento». Explicó que lo que ocurra en España
dependerá de la recuperación de la economía mundial y que los datos
de que dispone su Ministerio, tanto de exportaciones como de
actividad turística en los meses de julio y agosto, «indicarían una
ligera recuperación del comercio mundial», que avala un crecimiento
superior al 2 por ciento en 2002.
Además, subrayó que, si se cumplen las previsiones de
crecimiento de la Comisión Europea, del FMI y de la OCDE para 2003,
«la economía crecerá claramente en el entorno del 3 por ciento».
«Mantenemos nuestras previsiones», dijo contundente el ministro,
que considera que los medios de información resumieron en exceso la
intervención de Caruana ante la Comisión de Presupuestos del
Congreso. Rato señaló que la discrepancia se fundamenta en que el
Gobierno es más optimista sobre la recuperación de la inversión de
lo que lo es el gobernador del Banco de España.
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