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IVÀN TERRASSA. MADRID. Joana Bernal ha dedicado los últimos 25 años de su vida a trabajar como camarera de planta en varios hoteles mallorquines de la cadena Sol. Siempre en calidad de fija discontinua. Ahora tiene 57 y el corazón en un puño por lo que puede pasar si el 'decretazo' impuesto por el Gobierno de José María Aznar no se suaviza. Joana estuvo ayer en Madrid, junto a un centenar de afiliados de CC OO de Balears, participando en la multitudinaria manifestación de repulsa convocada por los sindicatos mayoritarios contra la reforma laboral. «Si esto no cambia llegará un momento en que no podré comer, ni vivir, ni respirar», dice mientras agita una bandera roja y camina entre decenas de miles de sindicalistas llegados desde todos los rincones de España.

La comitiva isleña se concentró una hora antes del mediodía en la Plaza de Santa Ana y desde allí bajó por Cibeles hasta la Puerta de Alcalá, epicentro de la manifestación. Al frente estaban el conseller de Treball, Eberhard Grosske, el senador por Izquierda Unida, Manuel Cámara, y el secretario general de CC OO de Balears, Josep Benedicto. «Mi presencia aquí, como representante del Govern, es consecuente con la posición que siempre hemos mantenido respecto a esta reforma laboral, que es lesiva para los derechos del trabajador, especialmente de los fijos discontinuos, y que además no aporta nada para la creación de empleo», dijo Grosske. Sobre las intenciones de limar diferencias y retocar el decreto expresadas en los últimos días por el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, Grosske afirmó que «veremos hasta dónde llega su voluntad negociadora. Yo no me fío demasiado, pero es una esperanza que debemos tener. Lo que sí demuestran las palabras de Zaplana es que las protestas contra el 'decretazo' eran justificadas».

Más duro se mostró Manolo Cámara, que arremetió sin contemplaciones contra el PP de Balears. «Hay que decir con voz muy alta que el PP de las Islas es un mentiroso, se gastaron un pastón en una campaña publicitaria en la radio diciendo que los fijos discontinuos no tenían ningún problema, que su situación no iba a cambiar. Y ha sido el propio ministro Zaplana el que ha rectificado a su partido en Balears, reconociendo que la reforma laboral sí supone un problema para estos trabajadores».