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EFE-RABAT En un discurso pronunciado ayer con ocasión de la fiesta del Trono, al cumplirse el tercer aniversario de su proclamación como Rey, el monarca alauí Mohamed VI subrayó «la disposición de Marruecos a debatir todos los problemas en el marco de una visión prospectiva y con un diálogo franco entre los dos países». En referencia al problema de la isla de Perejil, el rey alauita pidió a España «definir claramente el tipo de relaciones que piensa establecer con Marruecos, teniendo en cuenta las exigencias de la evolución que conocen ambos países y los intereses vitales de sus relaciones en el presente y en el futuro».

Mohamed VI afirmó que «Marruecos defiende su soberanía nacional y su integridad territorial» en «el interior de sus fronteras auténticas en el marco del respeto de la legalidad internacional». El monarca dijo que, por esta razón, su país «ha rechazado la agresión militar del Gobierno español contra la isla de Toura (Perejil), que ha formado siempre parte integrante del territorio nacional y de la soberanía del reino de Marruecos, como lo confirman los hechos históricos y geográfico, además de los instrumentos jurídicos de referencia».

«Al mismo tiempo que deseamos volver a la situación que existía antes en la isla marroquí, rechazamos toda escalada y la imposición del hecho consumado por la fuerza, queremos garantizar la paz, la estabilidad y la buena vecindad en una región estratégica como el estrecho de Gibraltar», afirmó. Marruecos ha reclamado a España, desde su independencia, la entrega de las ciudades de Ceuta, Melilla, así como las islas Chafarinas y los islotes de Vélez de la Gomera y Alhucemas, bajo soberanía española desde hace varios siglos.

Mohamed VI recordó que su padre, Hasán II, propuso a España la creación de una «célula de reflexión» para conversar sobre Ceuta y Melilla, pero «hasta ahora no hemos recibido ninguna respuesta de la parte española». Según el rey, este problema «sangra nuestra economía nacional» y facilita la «emigración clandestina y otras actividades ilegales». El monarca afirmó que Marruecos está dispuesto a debatir los problemas «en el marco de una visión prospectiva y un diálogo franco entre ambos países, animado por una voluntad constructiva, e igualmente orientada por la convicción de la necesidad de establecer una cooperación conjunta para el desarrollo». «Todo eso debe ser realizado en el marco de nuestra fidelidad al patrimonio cultural común y en respeto al tratado de amistad de cooperación y de buena vecindad», dijo el rey.

Sobre el Sáhara Occidental, Mohamed VI ha reiterado «con energía el rechazo categórico de toda tesis particionista» que proponga la división del territorio entre Marruecos y el Frente Polisario. El monarca alauí consideró que este plan argelino «desenmascara a quienes han pretendido ante la opinión pública internacional una defensa de la autodeterminación de los pueblos» y añadió que la «propuesta de partición del territorio amenaza con la balcanización del Magreb Àrabe y del continente africano». En referencia a la Unión del Magreb Àrabe, formada por Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Mauritania, Mohamed VI dijo que su tratado no autoriza ninguna actividad que amenace la seguridad de los países que la componen.