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El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó ayer su apoyo «a los millones de trabajadores españoles que con su protesta han dicho 'no' a una política antisocial del Gobierno del PP» y que también «han dicho 'no' a los recortes sociales para los desempleados y para los trabajadores de este país».

En una breve declaración efectuada en el Congreso, el jefe de la oposición acusó al Gobierno de «desinformar de manera evidente a la ciudadanía» sobre el seguimiento de la huelga general, actitud que a su juicio supone un «escasísimo respeto a lo que es la veracidad, a lo que es la información y a lo que los ciudadanos sin duda alguna están viendo en la calle».

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que participó en varios piquetes en Sevilla, se felicitó por el éxito de una huelga general que ha sido «no sólo laboral sino ciudadana», y aseguró que el Gobierno «debería bajar a la calle y recuperar su sensibilidad, en primer lugar reconociendo el éxito de la huelga, y luego cambiar de actitud, retirar el decreto de reforma del desempleo y negociar».

El portavoz parlamentario de CiU, Xavier Trias, lamentó la «crispación», el «mal tono» y los «insultos» utilizados por el PSOE en el Parlamento a raíz de la huelga general y apostó por abrir desde mañana una nueva fase de diálogo social «que permita que las cosas en el país continúen funcionando bien». El nacionalista señaló que las soluciones se lograrán cuando unos y otros «dejen de atizarse» e inicien el diálogo aceptando en todo momento que la huelga se ha producido.

El portavoz parlamentario del PNV, Iñaki Anasagasti, confió ayer en que la mano tendida que ha ofrecido el presidente del Gobierno a los agentes sociales el día después de la huelga general no sea la mano del Capitán Garfio y signifique la apertura de una verdadera fase de diálogo con las centrales sindicales. Anasagasti calificó la convocatoria de huelga como un «éxito» y matizó que aunque sindicatos y Gobierno ofrecen cifras distintas, es evidente que se ha hecho público el malestar que existe contra Aznar y su política del 'decretazo'.