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El Delegado del Gobierno para la Inmigración y la Extranjería, Enrique Fernández-Miranda, recomendó ayer a los inmigrantes que están encerrados en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla que regresen a sus países de origen.

No parece que el Gobierno vaya a atender esta vez a las peticiones de un grupo de unos 350 inmigrantes de procedencia magrebí, argelina y subsahariana, que desde ayer están encerrados en tres pabellones de una universidad como medida de presión para que el Gobierno regularice su situación.

Estos inmigrantes protestan además porque los empresarios del campo han contratado a ciudadanos de países del Este y ellos, que venían trabajando de forma clandestina en los últimos meses, han quedado en una situación de gran precariedad.

Fernández-Miranda, que asistió hoy a la deliberación del Jurado del Premio de Cooperación Internacional que otorga la Fundación Príncipe de Asturias, aseguró que estos inmigrantes han elegido la peor vía para entenderse con la sociedad española. «Hay que pedirles que sean conscientes de que la Ley de Extranjería hay que respetarla; en segundo lugar deben saber que en España no hay trabajo para todos los que simplemente decidan que quieren venir a trabajar aquí. Y en tercer lugar, decirles que cuando uno va a buscar trabajo en un país y no lo encuentra, lo que tiene que hacer es volverse a casa», argumentó.