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El Gobierno aprobó ayer el proyecto de ley de reforma del IRPF que, según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, supondrá un ahorro medio del 11% para los contribuyentes y será «especialmente incisiva para los salarios más bajos» y las pensiones de menor cuantía. Se trata de la segunda bajada del IRPF que0 impulsa este Gobierno y entrará en vigor el 1 de enero del 2003. La oposición y los sindicatos criticaron la reforma de este impuesto, que consideran menos progresivo aún que el actual y opinan que favorecerá todavía más a las rentas del capital frente a las del trabajo.

Montoro recordó que el nuevo impuesto reducirá del 48 al 45% el tipo máximo y del 18 al 15% el tipo mínimo y bajará a cinco los seis tramos actuales de la tarifa, asumiendo el Estado el coste de esta medida. El apoyo a las familias y el fomento del empleo figuran entre los objetivos de esta reforma que favorecerá especialmente a las trabajadoras y sobre todo a las que tienen hijos menores de tres años, así como a los mayores y a los minusválidos y a quienes los cuiden, explicó el ministro de Hacienda.

Entre las novedades está la aplicación para todos los pensionistas del límite general para no declarar aunque exista más de un pagador. La nueva rebaja fiscal supondrá un ahorro medio del 11 por ciento. El IRPF eleva además la cuantía del familiar, que favorecerá a 4'7 millones de familias, y el mínimo personal, que se fija en 3.400 euros. Entre sus novedades, Montoro destacó la «paga» mensual que recibirán las mujeres que trabajen fuera del hogar con hijos menores de tres años.

El secretario de Política Económica del PSOE, Jordi Sevilla, tildó el nuevo IRPF de «tomadura de pelo» porque, dijo, sus «supuestas mejoras ni siquiera devuelven lo cobrado de más» por el Gobierno, al no actualizar su tarifa en relación con la inflación. Sindicatos e IU también dijeron que la rebaja fiscal sólo favorecerá a los contribuyentes con rentas más altas.