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El presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró ayer que sólo deben cobrar la prestación por desempleo aquellas personas que tienen «necesidad y derecho», sin que nadie se pueda aprovechar del sistema de protección social. Aznar considera que cuando alguien rechaza por tres veces un empleo, «no se puede obligar que los demás sigan pagando la insolidaridad» y que por tanto es justo que se le retire la prestación. El máximo responsable del Ejecutivo señaló en su comparecencia en la sesión de control al Gobierno que el Gobierno no piensa reducir la prestación por desempleo, sino que el objetivo de la reforma que pretende imponer es que el paro siga reduciéndose y desaparezca.

En su opinión, si alguien no quiere un empleo adecuado nadie puede obligarle a aceptarlo, pero tampoco se puede obligar a los demás trabajadores «a que sigan pagando la insolidaridad de aquel que no quiere trabajar cuando puede hacerlo». Aseguró que hay quien concibe la ayuda al desempleo como una especie de salario y que «todo sale del aire», pero subrayó que no es así, ya que «el dinero de las prestaciones sale de los trabajadores y merece el respeto de los que lo perciban». Recordó que desde 1996 ha aumentado el número de ocupados en 2'7 millones de personas, al tiempo que las pensiones están garantizadas por ley y además existe un fondo de reserva de la Seguridad Social de 6.000 millones de euros.

Aznar indicó que se va a incrementar el alcance de las políticas activas, sobre todo en los colectivos con más dificultades, y que se intensificará la protección para las personas que busquen activamente un empleo. Respecto a los llamamientos realizados por la oposición y los sindicatos llamando a movilizaciones y huelgas aseguró que lo único que hacen es «pasear por la calle las carencias que demuestran aquí todas las semanas». Reiteró su disposición a seguir negociando la reforma de las prestaciones por desempleo, pero aseguró que no dejará de proponer las medidas que considere necesarias «para que España sea definitivamente una sociedad de pleno empleo».

Explicó que España sigue en la senda de la reducción que ha permitido que en seis años disminuya la tasa de paro en el 24%. Añadió que la reforma laboral aprobada el año pasado ha provocado que se registren 900.000 contratos indefinidos. En su opinión, la reforma de la protección por desempleo que se propone servirá para incentivar a las personas en paro para que busquen empleo, «y que los que no lo necesiten no abusen de los pagos, porque en estos momentos el Inem tiene un total de 127.216 ofertas de puestos de trabajo sin cubrir». Uno de los impulsos a los trabajadores será el anunciado ayer por el Ministerio de Trabajo que asegura que el Gobierno no descarta introducir algún tipo de incentivo para los parados que acepten un empleo, que pueden realizarse por la vía de las cotizaciones sociales o mediante bonificaciones en la contratación.