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Jesús Gil dejará hoy se ser el alcalde de Marbella. El presidente del Atlético de Madrid anunció ayer que presentará su dimisión como primer edil de la localidad malagueña y que se marchará de España porque se siente «un perseguido político». Además, rechazó que robara 5.000 millones de pesetas del Ayuntamiento marbellí, como se le acusa dentro del sumario por el 'caso saqueo', y añadió que incluso se jugó su patrimonio personal por Marbella. No pasaron ni 24 horas desde que Gil abandonó la prisión de Alcalá-Meco, cuando el presidente atlético anunció su renuncia como alcalde de Marbella. El juez de la Audiencia Nacional mantuvo a Gil en prisión incondicional e incomunicada durante cinco días, acusándole de haber robado 27 millones de euros, casi 5.000 millones de pesetas, de las arcas municipales.

«¿De dónde voy a robar yo 5.000 millones de pesetas en el Ayuntamiento de Marbella, cuando no los había?», dijo Gil. «Todo es un invento», añadió. Gil no sólo negó el delito de malversación que le imputa el juez Del Olmo sino también la facturación de servicios inexistentes en las empresas municipales que aparecen en sus cuentas. Las supuestas entidades factureras «sólo existen en la imaginación de quien vendió la idea a Pedro J. Ramírez», de 'El Mundo'. Los responsables de su situación de «perseguido político» son el fiscal del Estado, Jesús Cardenal y Pedro J. Ramírez, quienes, explicó, «han actuado en connivencia para asesinar a un ciudadano». Esta misma situación es la que, según dijo, le obligará a dejar España en cuanto desaparezcan las medidas cautelares que pesan sobre él para no seguir «martirizando» a su familia. Gil garantizó que no dejará España fuera de la legalidad. «Nunca me voy a ir huido, me tienen que matar antes».

Gil explicó que no mantiene relación desde hace más de tres años con los responsables de las empresas municipales que también ingresaron en prisión la pasada semana, y que por este motivo no se explica la incomunicación dictada por el juez para que no influyera en los testimonios que faltaban. Aunque no quiso dar copias a la prensa, para no «meterse en un lío», enseñó un documento en el que se da cuenta de una reunión entre Cardenal y la fiscal Anticorrupción adscrita al caso, con el membrete de la Fiscalía y fechado el día 15 de este mes, en el que ya se dice que se dictaría prisión incondicional e incomunicada contra él cuatro días después.

Pese a todo, Gil sigue creyendo que tiene el respaldo de la gente. A su llegada a la rueda de prensa, en la que no permitió preguntas, mostró el carnet que le identificaba en la prisión de Alcalá-Meco y cartas de apoyo enviadas por los presos. También explicó que el aval que le permitió dejar la cárcel, por valor de 700.000 euros, más de 116 millones de pesetas, se le dejó un joyero amigo suyo.