El pleno del Poder Judicial, durante la reunión que mantuvo para aprobar el informe.

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El órgano de gobierno de los jueces dio el visto bueno al texto del Gobierno que establece, entre otras cosas, que «será declarado ilegal el partido que vulnere los derechos fundamentales» y que «voluntariamente» se sitúe fuera del sistema democrático, aunque propone mejoras técnicas. Uno de los votos particulares será formulado hoy por los vocales que votaron en contra del informe "los siete designados a propuesta del PSOE y el de IU" que expondrá que sólo puede ser el fiscal el legitimado para instar a la disolución de un partido y la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo la competente para resolverlo. Además, estos consejeros estiman que la ley permite «una lectura retroactiva de la ley, es decir, una aplicación de la misma a hechos ocurridos antes de su entrada en vigor», lo que en este caso, «tal medida sería rotunda y obviamente inconstitucional».

El otro voto particular será presentado por el vocal designado a propuesta de CiU, que votó en blanco durante el Pleno extraordinario celebrado sólo para aprobar este informe, ya que concluía el plazo que el Ejecutivo dio al órgano de gobierno de los jueces para emitir su informe que es preceptivo, pero no vinculante. Los once votos que avalaron el informe del CGPJ "el presidente y los diez vocales nombrados a propuesta del PP" consideran que el Pleno ha aprobado un informe que valora favorablemente el anteproyecto del Gobierno. Así lo explicó Enrique López, portavoz del Consejo y uno de los vocales que votaron a favor, quien opinó que «el informe valora el hecho de que se refuerce el Estado de Derecho y la Democracia contra aquellos partidos políticos que pretenden atacarlo».

Consideró «un instrumento eficaz» el catálogo de conductas que propone el anteproyecto, la legitimación del Gobierno, del fiscal, de 50 diputados o 50 senadores para instar el procedimiento y la competencia de la Sala Especial del Supremo para resolverlo. Además, gran parte del debate de este Pleno se centró en la retroactividad o no de la ley cuando se refiere a que se tendrán en cuenta las actuaciones practicadas por sus dirigentes a la hora de apreciar y valorar las actividades a ilegalizar y la continuidad o repetición de las mismas. Para los vocales que votaron en contra, esta formulación «permite una lectura retroactiva de la ley», que no pueden tener las normas sancionadoras según la Constitución.

En este sentido, el presidente de la Comisión de Estudios, Adolfo Prego, señaló que hasta ayer estos vocales no habían planteado estas dudas y explicó que «la ley no es retroactiva», pero permite «tomar en consideración comportamientos pretéritos» para valorar la ilegalización de un partido. Prego opinó que el anteproyecto defiende la Democracia y que no intenta «eliminar partidos por sus ideas». Respecto a la abstención, que correspondió al vocal de consenso entre PSOE y PP, el portavoz dijo que lo había hecho porque no quería emitir su voto ni a favor ni en contra.

El otro ponente del informe, Luis Aguiar, y uno de los que votaron en contra, señaló que expondrán en el voto particular las «serias dudas de inconstitucionalidad» que a su juicio presenta el anteproyecto, porque dijo «tratándose de una norma sancionadora es ambigua, imprecisa y con conductas débilmente definibles». Para Aguiar, con estas discrepancias «no se trata de poner chinas en el camino, sino de perfeccionar un proyecto de ley muy importante», y dijo que pretenden explicar «las sombras de inconstitucionalidad del proyecto que se nos remitió». En este sentido, otra de las vocales que votaron en contra, Montserrat Comas, opinó que «el debate no se ha producido entre mayorías y minorías, sino entre juristas con el objetivo de mejorar una ley para proteger la Democracia».