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OTR/PRESS-BRUSELAS La Comisión Europea cerrará su investigación sobre los controles españoles en la frontera con Gibraltar, al no encontrar pruebas de que éstos sean excesivos o vulneren alguna normativa europea. Bruselas decidió abrir una investigación sobre este asunto en octubre del año 2000, a raíz de las numerosas denuncias presentadas contra estos controles por viajeros. «Hubo quejas de que las autoridades españolas hacían controles exagerados de manera abusiva, lo que de facto era una traba al Convenio Schengen», explicó el portavoz europeo de Justicia e Interior, Leonello Gabrici, aunque la Comisión ha llegado a la conclusión de que, desde el punto de vista legal, no hay pruebas que permitan dar la razón a los denunciantes.

Gabrici reconoció que España ha admitido que los atascos que se producen en las horas punta son «lamentables» por culpa de los controles de los viajeros y las mercancías en el paso fronterizo de La Línea, pero aseguró que la investigación revela que «no hay vulneración a la libre circulación como se establecía en las quejas».

La Comisión emitió un comunicado en el que explicó que, «a la vista de la información facilitada y de los datos obtenidos por los servicios de información de la Comisión, cabe concluir que no está infringiendo el Derecho comunitario». Los retrasos en determinadas horas no es para la UE «motivo legal suficiente para acusar a las autoridades españolas de efectuar controles desproporcionados».

El 30 de octubre de 2000 la CE remitió al Gobierno español una carta de requerimiento en el que alertaba a las autoridades españoles de que los controles podrían ser «desproporcionados y, por consiguiente, incompatibles con el Derecho comunitario». Eso sí, la Comisión no puso en duda el derecho de controlar a los viajeros y mercancías, establecido en Schengen.