Cerca de trescientas mil personas se manifestaron en Barcelona contra la Europa del capital. FOTO: TONI ALBIR/EFE

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Unas 250.000 personas, según la estimación provisional del Ayuntamiento de Barcelona, y más de 500.000, según los organizadores, se manifiestaron ayer tarde en un ambiente festivo por el centro de la ciudad bajo el lema «Contra la Europa del capital y la guerra. Otro mundo es posible». La marcha estaba dividida en tres bloques y, cuando el primero había llegado al final del recorrido, hacia las 19:15 horas, el segundo no había iniciado aún la marcha, lo que hizo 15 minutos después, mientras el tercero, agrupado bajo el Forum Social de Barcelona, se disolvió hacia las 20:00 horas, dos horas después de comenzada la marcha, sin que hubiera llegado a moverse de su emplazamiento inicial.

Al llegar a la estatua de Colón, diversos portavoces leyeron el manifiesto conjunto, que aseguraba que «Barcelona es una ciudad ocupada por las sonrisas postizas de la alta política. Amparados en sus fortalezas de cristal y acero, la impunidad está asegurada». Asimismo, el manifiesto ha denunciado los valores del neoliberalismo, el afán de beneficio, la explotación, la violencia, el bloqueo de fronteras y los controles y restricciones de derechos fundamentales. Poco antes de que se leyera el manifiesto, había emprendido la marcha el segundo bloque de la manifestación, señalizado con banderas rojas, desfilando la denominada Plataforma Catalana contra la Europa del Capital, que agrupa a organizaciones independentistas catalanas y vascas, entre ellas Batasuna.

El primer bloque, agrupado en torno a la plataforma Campaña contra la Europa del Capital, estaba formado por organizaciones muy heterogéneas, como la Plataforma para la Defensa del Ebro, grupos anticapitalistas, miembros del colectivo okupa o defensores de la causa Palestina. La policía detuvo a 38 personas tras los incidentes ocurridos al final de la manifestación que ha finalizado con enfrentamientos entre un grupo de alborotadores y los agentes del orden. Encapuchados del sector radical, en el que se integraba Batasuna, destrozaron sucursales bancarias y atacaron edificios oficiales. Siete personas y dos policías resultaron heridos.