Carlos Sánchez, responsable de CC OO, se refirió a la decisión del Supremo.

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El Tribunal Supremo avaló ayer la decisión del Gobierno de congelar los salarios de los funcionarios en 1997, al admitir el recurso de casación presentado por el Abogado del Estado y anular la sentencia de la Audiencia Nacional que declaraba ilegal aquella medida y daba la razón a CC OO. Además, el Tribunal desestimó ayer mismo un segundo recurso interpuesto conjuntamente por CC OO y UGT en ese Tribunal. El fallo del Supremo, que contó con la unanimidad de los cinco magistrados de la Sala Tercera, causó satisfacción en el Gobierno, que lo consideró «razonable» y «lógico», mientras que CC OO y UGT anunciaron que presentarán recursos de amparo ante el Tribunal Constitucional. Los sindicatos de la Función Pública habían llegado a un acuerdo con el Gobierno del PSOE para negociar las retribuciones de los funcionarios en los cuatro años siguientes, pero cuando el Partido Popular ganó las primeras elecciones legislativas, en 1996, decidió congelar los salarios de este colectivo en 1997 para reducir el déficit público.

Los sindicatos mayoritarios recurrieron esa medida en los tribunales y hace poco más de un año, el 23 de enero de 2001, la Audiencia Nacional dio la razón a CC OO y dictó una sentencia en la que anuló la congelación salarial de los funcionarios en 1997. La Audiencia ordenaba además a la Administración negociar con los sindicatos «en el menor plazo posible» incrementos salariales superiores al IPC de 1997, así como a pagar los atrasos correspondientes, cifra que ascendía a medio billón de pesetas, según calculó entonces el sindicato. El Gobierno recurrió en casación ese fallo y, un año después, el Tribunal Supremo ha dado la razón al Gobierno, al decidir ayer revocar la sentencia de la Audiencia Nacional, tras admitir los argumentos del Abogado del Estado.

Para el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy "quien desempeñaba la cartera de Administraciones Públicas en 1996", la decisión del Supremo es «lógica», de «sentido común» y «razonable». Rajoy recordó que el Supremo ha dado la razón al planteamiento del Gobierno y que el proceso data de 1996, cuando en los Presupuestos del Estado se aprobó la congelación salarial con el objetivo de cumplir los requisitos de convergencia con la UE. Señaló que la decisión del Supremo «responde a la lógica y al sentido común». En nombre de los demandantes, el secretario general de la Federación de Administración Pública de CC OO, Carlos Sánchez, consideró «muy preocupante» que la sentencia revoque el fallo firme de un tribunal.

Advirtió de que el sindicato «no va a actuar con sumisión» y que sus servicios jurídicos estudiarán el fallo «en profundidad» para poder argumentar el recurso que presentarán ante el Tribunal Constitucional en los próximos días. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, anunció que ha encargado al catedrático Pérez Royo recurrir también la decisión ante el Constitucional, basándose en el incumplimiento de los artículos 24, 28 y 37 de la Carta Magna. Desde el PSOE, el diputado Angel Martínez Sanjuán calificó de «faena» la decisión del Supremo y dijo que hay que reflexionar sobre la firmeza de los acuerdos entre los sindicatos y el Gobierno. IU, por su parte, aseguró que la decisión es «una mala noticia para los derechos de los trabajadores y muy especialmente para la negociación colectiva en la función pública».