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El presidente del Gobierno, José María Aznar, considera que el Ejecutivo vasco mantiene una estrategia de confrontación con el objetivo de reeditar el «pacto de Estella», al que ve que quiere llegar con dos pasos previos, la «neutralización» del PSOE y lograr un cese de la violencia por ETA. Frente a esa actitud, Aznar cree que debe tranquilizar a los ciudadanos el hecho de que el Gobierno y el PP «estén en el sitio que está», garantizando que la ley se va a cumplir «y no se van a hacer disparates». Aznar aseguró que tras las últimas elecciones autonómicas en el País Vasco el problema sigue siendo el mismo, la existencia del terrorismo y la falta de libertades y democracia.

El jefe del Ejecutivo se refirió a actitudes del Gobierno vasco que cree que perjudican gravemente a los ciudadanos, como el hecho de que aún no haya firmado el acuerdo sobre el Concierto económico porque se ha querido vincular a «otras cosas». Lamentó también que no haya unos presupuestos coherentes en el País Vasco y el Gobierno de esta Comunidad no propicie el diálogo institucional, por lo que hizo hincapié en la necesidad de seguir trabajando para lograr un marco alternativo a esta situación.

El Gobierno no cree prioritaria la ampliación en 200 agentes de la Ertzaintza solicitada desde el Ejecutivo vasco. Aznar aseguró que el incremento de efectivos para la Policía vasca, solicitado por Ibarrexe dependerá, entre otras cosas, de la utilización e instrucciones que reciban las plantillas. «Y necesitamos más Policía Nacional, más Guardia Civil, más Ertzaintza "adujo". De eso hablamos y veremos cómo se puede enfocar. No es cuestión de querer o no querer, sino de posibilidades».

Aznar sólo tiene «una ligera idea» de quién puede ser su sucesor al frente del PP y como candidato del partido para las próximas elecciones generales, aunque la decisión, insistió una vez más, se tomará en otoño de 2003. Según explicó, Ana Botella no emprenderá por el momento una carrera política, a pesar de que, a su juicio, reúne las condiciones para ello. Respecto al primer partido de la oposición, Aznar lamentó la «falta de proyecto alternativo» del PSOE y de su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, y dijo que los socialistas demuestran «falta de autonomía o independencia» para aplicar criterios.

Aznar, al analizar la labor del PSOE y el liderazgo de Zapatero dijo que, «por ahora, es líder de la oposición» y su futuro depende de su partido, aunque lamentó su «ausencia de proyecto alternativo». Además, ve que tiene «unas manifestaciones muy claras de falta de autonomía a la hora de aplicar criterios. También se refirió a la propuesta de Fraga de cambiar la Constitución, asunto que respeta pero no comparte, ya que cree que no es conveniente abrir ese proceso «ni por razones de fondo ni por razones de oportunidad».