David Vives, ex inspector de la CNMV que destapó el escándalo.

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Vives no consiguió que en 1999 Gescartera fuera intervenida, cuando en esos momentos ya existían indicios de negligencia en su gestión y sanciones abiertas. Ayer denunció que fueron Ramallo, Valiente y Roldán, junto con el secretario del Consejo, Antonio Alonso Ureba, los que no sólo frenaron esta decisión, sino que posteriormente desarrollaron una oposición a la investigación de la entidad. El que fuera supervisor de la CNMV relató que ya en 1997, en su primera visita a la agencia de valores, detectó «problemas e irregularides no excesivamente importantes» y que un año después, cuando la sociedad pidió ser elevada de rango, se inició un proceso de verificación donde descubrieron problemas de liquidez y un desfase de 4.500 millones. «Al examinar los extractos bancarios saltaron las alarmas y empezamos a investigar».

Precisamente, según consta en el informe que la CNMV envió el pasado mes de agosto al vicepresidente Rodrigo Rato, el Comité Consultivo del organismo que avaló el ascenso de Gescartera a agencia valores no fue informado de que apenas quince días antes se había sancionado por falta grave al dueño de la entidad, Antonio Camacho. En su consejo del 13 de julio de 2000, el organismo resolvió el expediente sobre la empresa y en esa misma reunión se acordó «por unanimidad» elevar el rango de la entidad.

Según describió Vives, la investigación que desarrolló su equipo, entonces sin «cortapisas» por parte de la CNMV, fue «totalmente atípica», pues desde el primer momento se dieron cuenta de que Gescartera «mentía y ocultaba algo», pero no lograban saber qué. A su juicio, en ese proceso en el que la sociedad de Camacho respondía con «pequeñas falsedades», se puso también de manifiesto que hasta el Arzobispado de Valladolid, y en concreto quien trataba con la CNMV" el ecónomo Enrique Peralta", «colaboraba con Gescartera en intentar engañar».

Por su parte, Luis Peigneux, ex subdirector de supervisión de la CNMV, afirmó que en el tiempo en que partició en la elaboración del expediente sancionador que se inició en diciembre de 1998, se interesaron por él José María Ramírez, jefe de gabinete del entonces vicepresidente de la CNMV, Luis Ramallo; Ramiro Martínez-Pardo, de la División de Fomento, que presentó en julio de 2000 la propuesta de transformaciónde la sociedad en agencia de valores, y Antonio Alonso Ureba. En la Audiencia Nacional, el director de personal de Gescartera, Salvador Alcaraz, confirmó que hubo un «cambio de actitud» tras el relevo de Vives por Alonso Ureba frente al equipo de supervisión de la CNMV que seguía el expediente abierto a Gescartera. De otra parte, Cristóbal Montoro aseguró que la investigación de Hacienda no refleja «hasta el día de hoy» ningún trato de favor.