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La Bolsa española cerró ayer con un nuevo mínimo anual en un clima mundial de caídas. El Ibex-35 registra ya unas pérdidas en el año del 15'7 por ciento, después de que en la primera sesión de la semana el índice selectivo marcase un cuarto mínimo anual consecutivo, tras haber descendido un 0'6 por ciento por los bancos y algunas empresas energéticas. En la sesión de ayer el índice más importante de la Bolsa española ahondó en 48'50 puntos el suelo que había fijado en la precedente y se situó por debajo de la cota de los 7.700 enteros, en 7.678'70, nivel que tenía en los momentos de mayor dureza de la crisis asiática de 1998.

El Índice General de Madrid también marcó su cuarto mínimo anual consecutivo en 749'52 puntos, tras bajar un 0'8 por ciento, equivalente a 6'15 puntos, que elevó sus pérdidas en el ejercicio al 15 por ciento. Después de recibir el mal dato del cierre de la Bolsa de Tokio, que perdió un 3 por ciento y registró su nivel más bajo de hace 17 años, las restantes grandes plazas del Viejo Continente también finalizaron con nuevos suelos al bajar Milán un 1'2 por ciento, Londres y París un 0'7 por ciento, mientras que Fráncfort retrocedía un 0'3 por ciento.

Mayor podía haber sido el descenso de todos los mercados europeos de no haberse invertido a media sesión los números rojos de la apertura en los mercados de Wall Street cuando todo hacía predecir que ayer sería un lunes negro. Un hecho que, según los analistas, demuestra la dependencia que todos los mercados tienen de la economía estadounidense. En cuaquier caso la bolsa de Nueva York vivió una jornada de contínuos altibajos hasta su cierre.

En España, la corriente bajista del mercado «no puede durar mucho», en opinión del director general de Renta 4, Jesús Sánchez Quiñones, ya que ahora nos movemos en los niveles más bajos de octubre de 1998, los momentos más difíciles de la crisis de las economías emergentes.