El coche que contenía los explosivos en el maletero.

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Un comando itinerante de ETA intentó hacer explotar ayer un coche-bomba que contenía entre 50 y 60 kilogramos de Titadine en un aparcamiento del aeropuerto de Málaga, aunque el explosivo fue desactivado tras siete horas de trabajo de los especialistas policiales. El caos caracterizó la jornada de ayer en el aeropuerto. El delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, explicó que el artefacto, que tenía los dispositivos «en perfecto uso» cuando fue desactivado a las 13.45 horas, contenía explosivo que supuestamente pertenecía al robado en Grenoble (Francia).

El explosivo se encontraba en un recipiente oculto en el maletero de un Peugeot 405 de color blanco robado en Cestona (Guipúzcoa) el pasado 20 de julio, que tras la desactivación fue retirado por una grúa municipal. El coche fue localizado en un aparcamiento con capacidad para 4.500 vehículos quince minutos antes de la hora en la que estaba prevista la explosión -las 8.00-, lo que obligó al desalojo de la terminal «Pablo Ruiz Picasso», al acordonamiento del resto y al corte de la carretera de acceso al aeropuerto como medida de seguridad.

La voz de un varón joven, en nombre de ETA, alertó a las 7.05 horas de esta mañana a la DYA, en castellano, y un minuto más tarde a los bomberos de San Sebastián, en euskera, de la colocación del coche-bomba. Los técnicos policiales desactivaron a mano el coche-bomba, sin llegar a explosionarlo, porque se encontraba colocado en una de las plantas del aparcamiento de la terminal de salidas y su explosión controlada hubiera podido causar cuantiosos daños materiales. La terminal volvió a la normalidad a las 14.45 horas, al reanudarse la facturación del equipaje y la circulación en los accesos, lo que movilizó a todos los pasajeros que se encontraban concentrados en la antigua terminal.

Desde que se acordonó la zona, cientos de turistas arrastraban sus maletas por los arcenes de la carretera de acceso en un intento vano de llegar a la terminal, mientras algunos optaron por quitarse sus camisetas y tomar el sol y otros, como una mujer anglosajona, preguntaba a un policía «¿ETA? ¿Bomb?». ETA intentaba atentar por segunda vez en esta semana contra intereses turísticos después de que el pasado martes la presunta etarra Olaia Castresana muriera en Torrevieja tras explotarle la dinamita que manipulaba.