Rato, ovacionado y piropeado.

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OTR/EFE-MADRID La descoordinación que ha habido en el Ejecutivo en la última semana, que coincidió con el viaje del presidente del Gobierno, José María Aznar, a México, ha provocado malestar tanto en sectores del Partido Popular, como en algunos miembros del Gobierno, pero sobre todo a Aznar, quien arremetió contra los ministros por no saber atajar la crisis del orujo. Ya en público y durante un seminario sobre el euro celebrado ayer en Madrid, Aznar aseguró que no está dispuesto a que «caiga una sensación de conformismo» sobre el Gobierno ni sobre el PP y lamentó que cuando el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, puede exponer sus alternativas, no le parezca el día adecuado para hacerlo.

Aznar hizo estas consideraciones en la clausura de la convención organizada por el PP en Madrid con el lema «La España del euro», en la que consideró esta moneda como «palanca» hacia el pleno empleo, y aseguró que a su Gabinete se le podrá acusar de muchas cosas, pero no de conformismo, de «escurrir el bulto» ni de incumplir sus compromisos con la sociedad. Tras defender las políticas desarrolladas por su Gobierno desde 1996 y que, entre otros logros, han permitido el acceso de España a la cabeza del euro, hizo hincapié en que se siguen cumpliendo los compromisos con la sociedad, pero no debe haber lugar para el conformismo.

En concreto, subrayó que él quiere «ir a más» y no está dispuesto a que caiga «una sensación de conformismo ni sobre la sociedad española, ni sobre el dinamismo de España, ni sobre el Gobierno, ni sobre la actitud del Gobierno, ni sobre el Partido Popular, ni sobre la actitud de nadie del PP». El presidente reconoció que su Gabinete puede equivocarse, pero aseguró que trabaja para que eso ocurra lo menos posible, para que se resuelvan los problemas y España sea capaz de ganar el futuro.

Además, rechazó los comentarios que se hacen en ocasiones sobre su «mal humor» y dijo que él goza de buen humor, pero hace falta que «el buen humor se acompañe de más trabajo, que es -dijo- el secreto y la clave del éxito». Aunque no citó en ningún momento al secretario general del PSOE, Aznar se refirió de forma implícita a Zapatero. Así dijo que «otros» encargan modelos «a expertos de aquí y de allá» a ver si les encuentran alguno. Aznar dudó de que, a pesar de todo, los socialistas sean capaces de encontrar su modelo.