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OLGA QUINTANILLA-MADRID Las horas previas al discurso del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero en el debate sobre el estado de la nación se vivieron ayer no sin cierta expectación en el Congreso. El socialista leonés que lucía una corbata rosa un tanto descafeinada, acaparó el punto de mira de todo bicho viviente en la Cámara Baja. La realidad fue que Zapatero superó el examen, pero no logra ganar a Aznar. El líder del PSOE estuvo «a la altura y ha superado con creces las propuestas de Aznar», comentaban los socialistas mientras los populares asistían, no sin cierta perplejidad, a la persistente recomendación cultural del líder socialista de celebrar en el año 2005 el cuarto centenario de la aparición de «El Quijote».

La diputada socialista Teresa Riera que ejerce la portavocía de la Comisión de Derechos de la Mujer en el Congreso, se mostró muy satisfecha con el mensaje de Zapatero, al tiempo que valoró positivamente la posibilidad de que Aznar pase el mes de agosto en Menorca pues «así sabrá que estamos a pan y agua en las Illes Balears». El discurso de Aznar resultó ser una exposición cargada de proyectos para el futuro y se convirtió a duras penas en un segundo discurso de investidura cargado de proyectos futuribles. Para el presidente del gobierno español, nuestro país es «una realidad llena de posibilidades de futuro para todos donde la renta por habitante supera el 83 por ciento de la media comunitaria». Ya lo decía Aznar: «No es hora de conformarse».

Zapatero no lanzó dardos envenenados de corrupción, tal y como prometió, si bien presumió de su talante «juvenil». En su cruce de palabras con Aznar flotaron en el aire expresiones como «pellizcos de monja» por parte de Zapatero y «picoteos de gestión» por parte de Aznar. Todos se las prometían muy felices, incluida la diputada popular Rosa Estarás, que paseaba con gran satisfacción su próxima maternidad entre los parlamentarios. Encantada de la vida, Estarás aseguraba a esta servidora que ha sido «uno de los mejores discursos de Aznar en lo que llevamos de legislatura donde no han faltado los asuntos más importantes de España. Ha sido un discurso altamente positivo en el que los ciudadanos han podido comprobar que el presidente ha ido a por trabajo, como dicen en las Illes Balears, en positivo, planteando nuevos retos de futuro basados en el fortalecimiento del Estado de las autonomías, el pleno empleo, el déficit cero y la modernización del país». Estarás no esperaba que el 'caso Mapau' se asomase al debate pues según dijo «es un tema menor que no creo que le importe al ciudadano español pero si lo saca algún partido aflorar sin duda alguna el oportunismo político». Estarás se equivocó.

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, se estrenó con buen pie y saltó como un león en una de sus contrarréplicas contra el presidente del Gobierno a quién conminó a asumir sus responsabilidades por haber elegido a Matas como ministro de Medio Ambiente cuando se habían detectado ciertas irregularidades en su cargo como 'president'.