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Miembros de las organizaciones ecologistas Greenpeace, Sociedad Española de Ornitología, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra y el sindicato Comisiones Obreras abandonaron ayer el acto de presentación de la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible hecho público por José María Aznar en el Palacio de la Moncloa tras el discurso del ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, por considerar «vergonzosa» su política de conservación.

Aznar detalló los objetivos de la Estrategia, para cuya elaboración se creará en breve una comisión interministerial de coordinación, encuadrada dentro de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. El presidente del Gobierno subrayó que el proyecto completa «el compromiso político de la Unión Europea con las reformas económicas y sociales que comenzaron en el Consejo de Lisboa», y será además «bajo la Presidencia Española de la UE cuando por primera vez» se evalúen los aspectos medioambientales. «Nos sentimos muy orgullosos "manifestó Aznar" de poder liderar durante esos seis meses, la contribución de la Unión Europea a la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible (Río+10)», prevista en Johannesburgo en septiembre del 2002.

Previamente, el ministro de Medio Ambiente explicó que la Estrategia de Desarrollo Sostenible pretende lograr un equilibrio entre la actividad humana y la conservación del medio ambiente; abordar las necesidades presentes y de las generaciones futuras, y atender las demandas de los países ricos y de las naciones en desarrollo. La Estrategia incluirá un Sistema de Indicadores de Progreso, que será revisado con una periodicidad de cinco años, adelantó Matas a las más de doscientas personas presentes en el acto, celebrado bajo la Pérgola Fotovoltaica del Complejo de la Moncloa.

Los ecologistas y CC OO protestaron por la presentación de la Estrategia, un día después de la aprobación del proyecto de Ley del Plan Hidrológico Nacional, que consideran un plan contra el medio ambiente y que va a provocar graves impactos en el entorno. Así, exponen que el PHN es el «paradigma del uso irracional e insostenible del agua al promover el crecimiento incontrolado de su consumo y la sobreexplotación de unos recursos hídricos cada vez más escasos y contaminados». Los grupos ecologistas criticaron al Gobierno de presentar una Estrategia sin contenidos ni objetivos concretos, por lo que consideran que es «una simple operación mediática que trata de lavar la negativa imagen ambiental del Gobierno».