Aznar y el presidente chileno, Ricardo Lagos, fijaron ayer nuevas metas y objetivos.

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El presidente del Gobierno, José María Aznar, lamentó ayer que el Ejecutivo vasco haya descubierto ahora, tras los sucesos del pasado sábado en la localidad guipuzcoana de Bergara, que la violencia callejera es atribuible a la banda terrorista ETA. No obstante, se mostró esperanzado en que este «tardío» descubrimiento sirva para algo. Aznar se expresó así en la conferencia de prensa conjunta ofrecida en el Palacio de la Moncloa junto con el presidente de Chile, Ricardo Lagos, al ser preguntado por los incidentes de «kale borroka» provocados el pasado fin de semana en la localidad guipuzcoana de Bergara.

El jefe del Ejecutivo dijo que es comprensible que pueda provocar sorpresa y que una parte importante de la opinión pública española quede un poco perpleja ante el hecho de que el Gobierno vasco haya tardado tanto tiempo en descubrir que esos incidentes forman parte de una de las caras de ETA.

«Después de lo que hemos vivido de violencia callejera, por llamarlo de alguna manera, que se llegue a la conclusión por parte de los responsables del Gobierno vasco de que los actos que se protagonizaron en Bergara eran atribuibles a la organización terrorista, puede resultar un poco sorprendente a estas alturas», añadió. Pero insistió en que si ese descubrimiento «tardío» es útil, debe ser bienvenido.

Aznar aseguró que la colaboración y la cooperación del Gobierno central está «abierta plenamente», pero señaló que hace falta «voluntad política para determinar que el terror, en sus distintas manifestaciones, es la tarea prioritaria que tiene entre sus responsabilidades el nuevo Gobierno vasco».