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OTR/PRESS-SAN SEBASTIÀN Miles de ciudadanos donostiarras pidieron ayer el fin de la banda terrorista en una gran manifestación convocada por el Gobierno vasco, la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián. El manifiesto que se leyó al final de la marcha sirvió como advertencia a ETA de que no será capaz de silenciar las voces de los vascos, unas voces que piden libertad. Antes, por la mañana, periodistas y políticos se concentraron junto al Peine de los Vientos para recordar a Oleaga. Esta vez sí, la manifestación convocada por el Gobierno vasco, la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián, unió a todos los partidos democráticos para condenar el último atentado de la banda terrorista ETA, el asesinato del director financiero de 'El Diario Vasco', Santiago Oleaga.

En la primera línea de la marcha, portando la pancarta con el lema 'ETA no. Paz y libertad', no estuvo la familia de Santiago Oleaga, ya que no quiso hacerlo. Sí estuvieron en la cabeza, en representación del Gobierno, el ministro portavoz, Pío Cabanillas, y el titular de la Presidencia, Juan José Lucas; el líder del PP vasco, Jaime Mayor Oreja; el secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros; el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza; o el coordinador general de IU-EB, Javier Madrazo. Como cabía esperar, no hubo ningún representante de EH.

El recorrido de la marcha, que comenzó con un retraso de casi media hora con respecto a la hora prevista, las 20.30 horas, una hora después del funeral oficiado por Santiago Oleaga en la Basílica de Santa María, se inició en los jardines de Alderdi Eder, el mismo sitio en el que concluyó, aproximadamente una hora y media después de iniciarse la manifestación. Los miles de ciudadanos que se manifestaron contra ETA recorrieron las calles de San Sebastián en silencio, portando pequeñas pancartas en las que piden el fin de la banda terrorista o algunos con mensajes más duros contra ETA. Pero el ánimo de todos fue el mismo: 'ETA no', tanto en castellano como en euskera.

Al finalizaran la marcha, dos periodistas vascos, Amaya Ormazabal y José María Gabilondo, ella en euskera y él en castellano fueron los encargados de leer el manifiesto de condena, consensuado por los tres organismos convocantes. Ambos recordaron que ETA ha vuelto a matar a un ciudadano inocente, ha vuelto a «llevar la tragedia a una familia vasca», porque no respeta al pueblo vasco ni tampoco los derechos humanos. Por eso, ambos periodistas reafirmaron la voluntad de resistir «frente a la barbarie, frente al asesinato». «No nos callarán, no silenciarán nuestra voz», continuaron, y tampoco lograrán impedir que la sociedad vasca sea lo que siempre ha sido, un pueblo que anhela la paz y la libertad. Según el texto de condena, todas las instituciones vascas se comprometen a combatir el terrorismo «con serenidad, pero con contundencia».