Agentes de la Ertzaintza examinan el vehículo del guarda jurado en el que fue colocada la bomba lapa.

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La bomba fue finalmente neutralizada por efectivos de la Ertzaintza, después de que el propio vigilante lo arrojara a un contenedor de basura cuando comprobó su existencia, tras aparcar el vehículo, un Renault 21, en las inmediaciones de su domicilio en el barrio de Cruces de la localidad vizcaína de Barakaldo. El vigilante estacionó el coche frente al número 10 de la calle La Paz, en cuyas inmediaciones hay un frontón y a cuyos extremos están situados una escuela infantil y un instituto de enseñanza media. En las cercanías del lugar está situado también una sede socialista y un local habitualmente utilizado por el Partido Socialista.

La bomba pudo ser colocada en la propia sede de la Universidad del País Vasco o con anterioridad, por lo que el recorrido efectuado por el vigilante con el artefacto en el interior de su turismo fue al menos de diez kilómetros. Según las primeras investigaciones de la Ertzaintza, el explosivo estaba compuesto por un kilogramo de material explosivo, un temporizador y pilas. El propietario del vehículo es, según testigos presenciales, un joven de unos 22 años que vive en un inmueble situado a escasos metros de donde quedó aparcado el turismo.

Los nombres y las fotos de varios vigilantes de seguridad de la Universidad del País Vasco aparecieron en una revista editada por el sindicato estudiantil Ikasle Abertzaleak, próximo a la izquierda abertzale, revelaron fuentes sindicales. Las mencionadas fuentes precisaron que «diversos organismos relacionados con la izquierda abertzale» han denunciado en los últimos años la actitud de los vigilantes de seguridad de la universidad pública vasca, en cuyo recinto han parecido pintadas amenazantes.

El rectorado de la Universidad del País Vasco condenó el atentado frustrado y rechazó «la vileza y la degradación moral que se esconden detrás de estas acciones». En un comunicado firmado por el rector de la UPV, Manuel Montero, los responsables de la institución académica muestran su solidaridad con el vigilante afectado y afirman sentir «este intento de atentado como una nueva agresión» en contra de la comunidad universitaria. La UPV suspenderá hoy todas sus actividades durante una hora para llevar a cabo concentraciones en los campus de Vizcaya, Alava y Guipúzcoa a las doce del mediodía, en protesta por este atentado.