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Los portavoces en el Congreso del PP, Luis de Grandes, y del PSOE, Jesús Caldera, mantuvieron ayer sus diferencias sobre el papel del PNV en el futuro Gobierno vasco, pero coincidieron en afirmar que las mismas no afectan al acuerdo antiterrorista suscrito entre ambas fuerzas políticas. De Grandes y Caldera comparecieron ante los medios de comunicación tras repasar distintas cuestiones parlamentarias en el transcurso de una reunión a la que no pudo incorporarse finalmente, como estaba previsto, el secretario general del PP, Javier Arenas.

Tras la reunión quedó claro que el PP dejaría de criticar al PSOE por no cerrar la posibilidad de un pacto para formar un Gobierno vasco junto al PNV. Luis de Grandes se refirió ante los periodistas a la reflexión que está llevando a cabo el PP sobre el comportamiento que mantiene el PSOE respecto al papel del PNV en el futuro Gobierno vasco que, a su juicio, puede resultar «desmovilizador» del voto por el cambio. Quiso dejar claro que su partido no tiene con el PSOE pactos pre o postelectorales, pero sí «un pacto muy importante» por las libertades y contra el terrorismo «que nos condiciona en el futuro a ambas fuerzas políticas» y que «nos ata antes y después de las elecciones».

A su juicio, no existe ningún «desencuentro» entre el PP y el PSOE porque, dijo, «tenemos diferentes identidades, aunque pudiéramos coincidir en ambiciosos y nobles objetivos comunes», como es recobrar la libertad en el País Vasco mediante el cambio y la alternancia. El portavoz parlamentario del PP aseguró que la intención de su partido es «eludir roces con el PSOE», ya que «no es ni nuestro adversario» en las próximas elecciones vascas.

Por su parte, Jesús Caldera, que descartó se hayan producido «heridas» entre ambos partidos a raíz de las críticas de los dirigentes del PP a la postura de los socialistas sobre el futuro Gobierno vasco, atribuyó las mismas a los nervios del PP al comprobar que los socialistas vascos son «indispensables». El portavoz del PSE-EE, Rodolfo Ares, aseguró antes de la reunión que cuando Javier Arenas le dice a su partido lo que tiene que hacer tras las elecciones del próximo 13 de mayo las relaciones entre socialistas y populares «tiemblan y sufren dificultades».