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La Casa del Rey recordó ayer que el discurso que don Juan Carlos pronunció el lunes con motivo de la entrega del Premio Cervantes tenía como referente histórico la época de «inicio del español en América», después de que algunos partidos nacionalistas e Izquierda Unida subrayaran que el castellano sí fue «impuesto» en otras etapas históricas. Las palabras de don Juan Carlos durante el acto en el que Francisco Umbral recibió el Premio Cervantes «se refirieron al inicio del desarrollo del español en América, y al dinamismo que ha llevado a esta lengua a ser hablada por cerca de 400 millones de personas», afirmó un portavoz de la Casa del Rey.

La frase que suscitó la controversia está contenida en un párrafo en el que el Rey afirmaba que «Nunca fue nuestra lengua de imposición, sino de encuentro; a nadie se le obligó nunca a hablar en castellano: fueron los pueblos más diversos quienes hicieron suyos por voluntad libérrima el idioma de Cervantes». El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dijo ayer que «lamenta» el contenido del discurso del rey Juan Carlos, ya que considera que «no responde a la realidad histórica». El jefe de gobierno de la Generalitat, Artur Mas, afirmó en Gerona que el castellano «sí ha sido impuesto en Cataluña».

El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, se limitó a recordar que a él le cambiaron el nombre -Iñaki por Ignacio- y que «se quitó el nombre en euskera hasta de las tumbas». El portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, calificó de «juicio sereno y acertado» el discurso pronunciado ayer por el Rey sobre la evolución del español. El portavoz socialista en el Congreso, Jesús Caldera, afirmó que el castellano «ha sido siempre una lengua de riqueza y no de imposición», y aseguró compartir esta «importante reflexión» del rey Juan Carlos sobre la lengua española. En Cataluña, el presidente del PSC, Pasqual Maragall, señaló que el castellano sí que se ha impuesto en Cataluña «con gran esmero y sin que se note el empeño».

El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, expresó su «más profunda discrepancia» con las palabras del rey Juan Carlos, y dijo que estas palabras «o su interpretación» quedan «invalidadas» por la historia y por los hechos. El secretario general de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, rebatió las afirmaciones del Rey, ya que cree que son «absolutamente reprobables, además de falsas» y que el discurso es «impropio de un demócrata y de una persona culta y que quiera ser mínimamente respetuosa con la diversidad». El presidente del grupo de IC-V en el Parlament, Rafael Ribó, acusó, a su vez, al Rey de «ignorar hechos clarísimos de represión lingüística» y de mostrar su ideología «españolista».