Fachada del inmueble donde se ha localizado un piso franco de ETA tras la detención de Alicia Sáez de la Cuesta.

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OTR PRESS - SANTIAGO El ministro del Interior, Mariano Rajoy, aseguró ayer que la detención de la presunta etarra Alicia Sáez de la Cuesta ha servido para acabar con la infraestructura que ETA tenía en Galicia. La terrorista habitó un piso en Santiago de Compostela que la Guardia Civil localizó la madrugada del martes, en el que vivía con otra mujer que se encuentra huida. El operativo policial, según explicó Rajoy, pretendía cometer un atentado puntual o establecer un comando en la Comunidad gallega, aunque no pudo precisar cuál era el fin exacto, a la espera de analizar la documentación incautada.

Rajoy explicó que la localización del piso, ubicado en la calle Castaños, a escasos 500 metros de la catedral, se produjo gracias a la colaboración ciudadana. En concreto, se recibieron varias llamadas en la Comandancia de la Guardia Civil de Santiago, una de las cuales alertó sobre un piso alquilado con identidad falsa, por lo que, tras pedir una autorización judicial, se procedió a su registro, en torno a la 1.30 horas de la pasada madrugada. En la zona donde se localizó el escondite de las terroristas hay muchas viviendas alquiladas a estudiantes.

En el piso, la Guardia Civil encontró abundante documentación que fue trasladada a Madrid para su análisis, pero no armamento ni explosivos. La presunta etarra Alicia Sáez de la Cuesta, detenida el pasado lunes en A Coruña, vivía en el inmueble junto con otra terrorista todavía no identificada y que permanece huida. A pesar de ello, Rajoy descartó que la banda tenga todavía infraestructura en Galicia.

El objetivo de las dos mujeres en Galicia, según las primeras investigaciones, podría ser establecer un comando en esta comunidad autónoma o bien perpetrar un atentado en la zona contra un objetivo concreto, aunque esto sólo se sabrá cuando concluya el análisis de la documentación incautada. Sin embargo, el director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, aseguró que pretendían «montar un comando que ya fue desarticulado en 1996, posiblemente porque quisiesen extender su actividad terrorista a Galicia».

Antes de que se produjera la operación y a la espera de conocer objetivos concretos, el delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa, se puso en contacto con todos los partidos políticos para informarles de la presencia de etarras en la comunidad, y les pidió que extremasen las medidas de seguridad.