Redondo levanta las manos de la alcaldesa de Lasarte durante la larga ovación en recuerdo al edil socialista asesinado.

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EFE - BILBAO El candidato del PP a lehendakari, Jaime Mayor Oreja, hizo ayer un llamamiento a la ciudadanía para que pierda el «miedo escénico» a un Gobierno no nacionalista en el País Vasco y aseguró que, cuando eso ocurra, será posible acabar con ETA. En el acto de presentación en Bilbao de los cabezas de lista del PP a los próximos comicios autonómicos, Mayor Oreja enumeró sus propuestas para superar el miedo que «atenaza al País Vasco», en el que -dijo- «ETA ha socializado el dolor y el PNV el miedo».

Ante los cargos electos del PP en Euskadi y acompañado por los cabezas de lista por Guipúzcoa, María San Gil, y por Àlava, Ramón Rabanera, Oreja hizo un alegato contra el miedo, al que consideró «el gran legado político y social que ha dejado el nacionalismo». «Los candidatos que presenta el PP son una garantía para desterrar el miedo de la acción de Gobierno», afirmó y aseguró que en el País Vasco «no sólo existe un miedo físico a ETA, sino también un miedo reverencial al PNV», formación que, según pronosticó, instrumentalizará en la campaña el miedo a que no ganen los nacionalistas.

Por su parte, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo ayer que «ya está bien de utopías para el engaño» y agregó que «no habrá una Euskadi más libre y más plena si no es en el Estatuto y en la Constitución». Además, pidió «un liderazgo compartido en el País Vasco a nivel social, moral y político, ya que sólo así se podrá acabar con de ETA.

Rodríguez Zapatero hizo estas manifestaciones en la inauguración de las primeras jornadas de cooperación parlamentaria, que se celebraron en el Kursaal de San Sebastián, y en su intervención señaló que su partido y el candidato socialista a lehendakari, Nicolás Redondo, representan el «equilibrio» necesario en el País Vasco, al tiempo que abogó por «no utilizar» a las víctimas del terrorismo. Rendondo opinó, a su vez, que el PNV es «necesario» pero no «imprescindible» en las instituciones vascas, porque garantiza «la zózobra y la inestabilidad» en Euskadi, «no soluciona nada y es la complicación de los problemas».