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El secretario general de CC OO, José María Fidalgo, dijo ayer que el Consejo Confederal del sindicato «ha decidido no convocar ninguna huelga general», aunque «el futuro dependerá de lo que hagan el Gobierno y la CEOE en las próximas semanas».

Fidalgo apuntó, tras la reunión del Consejo Confederal, del sindicato que «en un futuro es muy posible que haya una huelga general en este país», aunque condicionó esa convocatoria al desarrollo del trámite parlamentario de la reforma laboral, la mesa tripartita de la protección social y a posibles cambios en la negociación colectiva. Fidalgo criticó la reforma del mercado de trabajo aprobada por el Gobierno porque «no sólo contiene desregulaciones importantes como la del contrato a tiempo parcial o la del fijo discontinuo, sino que no recoge medidas que no incentivan la reducción de la temporalidad».

Denunció que se trata de una norma que no es equilibrada «ni incluye el noventa por ciento de los contenidos de la negociación, sino que está escorada hacia las pretensiones de la CEOE». Por todo ello, Fidalgo consideró que la reforma es una «agresión a la que hay que responder» porque además ha supuesto un «desprecio a la herramienta de corregulación» que era el diálogo social y que «por las buenas o por las malas vamos a reconquistar».

Así, anunció que el diálogo social «no ha terminado» y que «inmediatamente» emplazará «seriamente» al Gobierno que convoque la mesa tripartita de la protección social pero no para negociar, porque «llevamos ocho meses negociando», sino para «cerrarla con un acuerdo». Por su parte el secretario general de UGT, Cándido Méndez, anunció ayer que propondrá a Comisiones Obreras la convocatoria de una huelga general para la segunda quincena de mayo, una medida que el máximo dirigente de CC OO, José María Fidalgo, condicionó a la actuación del Gobierno y de la patronal en las próximas semanas.