José María Aznar se refirió a la ley de extranjería durante su estancia en Jerusalén, donde se entrevistó con Ariel Sharon.

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EFE-JERUSALEM El presidente del Gobierno, José María Aznar, dijo ayer que los inmigrantes no deben pagar las «dificultades internas» del PSOE, en referencia a las divergencias entre la dirección socialista estatal y sus líderes en Castilla-La Mancha, Aragón y Balears sobre la presentación de un recurso contra la Ley de Extranjería. Aznar considera que la legislación española en inmigración es «la más avanzada del mundo» y retó «a cualquiera a que ponga sobre la mesa una más avanzada.

Ante las peticiones de regularización de inmigrantes como la realizada por la Conferencia Episcopal Española, subrayó que la posición del Gobierno es sumamente conocida y se asienta sobre la necesidad que tiene España de inmigrantes y su integración y equiparación de derechos con los españoles.

Después de recordar que el Gobierno ha sacado adelante una nueva ley de extranjería tras la «derrota» que quisieron algunos partidos que tuviera el Ejecutivo por la cercanía de las elecciones, advirtió que esa iniciativa formaba parte del programa electoral del PP y fue secundado por más de diez millones de españoles.

A su juicio, plantear un texto en el que se diga que «todo es posible y que todos los derechos son reconocibles, con independencia de que se sea legal o no, es no tener política de inmigración».