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El lehendakari, Juan José Ibarretxe, culminó ayer su propuesta de pacificación con un nuevo compromiso por la no violencia y el diálogo, que ha vuelto a ser rechazado por el PP y el PSE-EE que le exigieron la convocatoria inmediata de elecciones. Ibarretxe dio a conocer el 22 de septiembre una iniciativa basada en un compromiso «ético» de defensa de la vida y los derechos humanos, otro «democrático» de respeto al marco jurídico político actual y a la voluntad de la sociedad vasca en el caso de que quisiera cambiarlo y otro, el expuesto ayer, en favor del «diálogo».

Ayer, el lehendakari presentó su tercer compromiso, que será dado a conocer en sociedad el 17 de febrero en San Sebastián, basado en un manifiesto en el que se exige a ETA el abandono de las armas, un diálogo político «sin exclusiones ni condiciones políticas» y el respeto a lo que la sociedad vasca decida ser en el futuro. El lehendakari, que pretende implicar a la sociedad en la búsqueda de una solución a la violencia, aboga por una defensa «activa» y una solidaridad con las víctimas de la violencia y el terrorismo y con todos los que «sufren cualquier vulneración de los derechos humanos y las libertades».

En cuanto al diálogo político, el lehendakari sostiene que «negar el diálogo es negar la solución», y, en su manifiesto, propone un diálogo «abierto, sin exclusiones y sin condiciones políticas». El tercer punto hace referencia al «respeto a las decisiones de la sociedad vasca» y a las instituciones, aunque también «el respeto a que la sociedad vasca sea consultada para que pueda ejercer su derecho a decidir, libre, pacífica y democráticamente su propio futuro».