La marcha, celebrada ayer por las principales calles de San Sebastián, discurrió bajo el lema «ETA no. Paz y libertad».

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Unas 20.000 personas se manifestaron ayer por las calles de San Sebastián en repulsa por la última acción de la banda terrorista ETA, que el viernes acabó con la vida de Ramón Díaz García, cocinero de la Comandancia de Marina de la capital guipuzcoana. La marcha, convocada por el sindicato Comisiones Obreras, al que estaba afiliado la última víctima de ETA, y por partidos políticos e instituciones, salvo EH, discurrió bajo el lema «ETA no. Paz y libertad».

En la cabeza de la marcha, que partió a las 20:30 horas desde los jardines de Alderdi Eder, se situó el lehendakari, Juan José Ibarretxe; el ministro de Defensa, Federico Trillo; el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, el secretario general del PP, Javier Arenas; el secretario general del PSE-EE, Nicolás Redondo Terreros, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares; el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, y los secretarios generales de CC.OO. y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, entre otros.

A pesar de la petición del coordinador general de IU-EB en el País Vasco, Javier Madrazo, que hizo un llamamiento a los votantes, simpatizantes y militantes de EH que rechazan la violencia a «rebelarse ante la estrategia de ETA», en la manifestación no se registró la presencia de ningún representante de la formación abertzale.

El secretario general del PP, Javier Arenas, no dudó en afirmar que para acabar con el terrorismo es necesario terminar antes «con este espectáculo que supone la inexistencia de Gobierno en el País Vasco con estabilidad en el Parlamento». Tras insistir en la petición de elecciones vascas aseguró que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, «no quiere derrotar a ETA, quiere simplemente que desaparezca».

Manifestaciones de otra índole fueron las protagonizadas por simpatizantes de EH. Finalmente, la marcha convocada para ayer por la tarde en Pamplona por la formación abertzale bajo el lema «Burujabetza da bakea» (Soberanía es paz) no tuvo lugar al portar los manifestantes grandes fotografías de cinco políticos de un modo considerado «injurioso» por la Delegación del Gobierno en Navarra.