«Mobutu», de 40 años, considerado como uno de los dirigentes del
aparato militar de ETA en el momento de su detención en Tolón
(sudeste) en 1994, sólo tiene una causa judicial abierta en España,
que jamás pidió a Francia su extradición, ante la falta de pruebas
suficientes para incriminarle.
«Mobutu» se encontraba en régimen de «residencia vigilada» desde
que salió de la cárcel el pasado 7 de julio, tras cumplir una pena
de siete años de prisión por el delito de asociación de malhechores
con fines terroristas.
Los tribunales de París también le condenaron entonces a una
prohibición definitiva de estancia en territorio galo y Francia
paralizó su expulsión a España el pasado mes de julio después de
que «Mobutu» presentara un mes antes un recurso ante el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, a la que se sumaron las
protestas de los partidos comunista y ecologista "socios del
ejecutivo de Jospin".
Fuentes policiales francesas explicaron que el supuesto ex
«número dos» de ETA se fugó del hotel atando sábanas y
descolgándose de ellas desde la segunda planta del edificio, a las
puertas del cual aparentemente le esperaba un vehículo.
«No estaba preso, sino bajo vigilancia y ésta no podía ser
eficaz al cien por ciento. El hotel no podía estar supervisado
completamente», justificaron fuentes oficiales, resignadas.
Tras conocer esta fuga, la Fiscalía de la Audiencia Nacional se
planteó estudiar varias causas de asesinato para ver si puede
imputar por las mismas al ex dirigente de ETA y determinar si puede
pedir la extradición del presunto jefe del «comando Barcelona» o
cursar una orden internacional de detención, según indicaron
fuentes jurídicas.
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