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AGENCIAS - SAN SEBASTIÀN Los ocho lanzagranadas, que se encontraban en un bosque situado a 500 metros del museo Chillida Leku, fueron localizados a las once y media de la mañana por agentes de la Ertzaintza mientras estaban realizando labores de vigilancia. Tras el hallazgo, fueron desactivadas por efectivos de la Unidad de Explosivos de la Policía Vasca. Según un portavoz, se podía apreciar que las lanzaderas habían sido colocadas de una forma «precipitada», lo que podría indicar que fueron situadas entre «peinado y peinado» de la Ertzaintza. El portavoz de la Erzaintza en Guipúzcoa, Javier Gezala, señaló que no hubieran podido alcanzar el museo al estar mal orientadas.

Los lanzagranadas se encontraban en un monte sobre el lugar donde está situada la gasolinera del barrio de Rekalde, entre San Sebastián y Hernani. El departamento vasco de Interior había informado en un principio, de que lo que se había encontrado eran ocho granadas sin lanzadera, tipo Mecar-43, que estaban en el suelo, unidas por un cable y con un temporizador.

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, manifestó que los artefactos no tenían «un dispositivo mortífero», sino «más un efecto propagandístico» y destacó que «lo importante es que en estos momentos valoremos la presencia de los Reyes, del presidente Aznar y del canciller alemán tratando de dar normalidad a esta tierra del País Vasco».