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EFE - SAN SEBASTIÀN Narciso Korta y su hijo Oier, que trabaja como gerente en el local atacado junto a dos de sus hermanos, tomaron parte activa en las manifestaciones de repulsa a ETA organizadas tras la muerte de su familiar. Además, Oier recriminó a los ediles de EH de Zestoa (Guipúzcoa) su abstención en la votación de un texto de condena del asesinato de su tío.

La explosión ocurrida en la discoteca Txitxarro, situada en el municipio guipuzcoano de Deba, tuvo lugar sobre las 10.55 horas, poco después de que una persona, que dijo hablar en nombre de ETA, alertara de la colocación de la bomba a la Cruz Roja en una llamada telefónica. El comunicante anónimo advirtió asimismo de que un matrimonio que trabajaba en el mantenimiento del local había sido obligado a abandonarlo y que ambos esposos se encontraban maniatados a un árbol en la carretera que une el barrio de Itziar con Endoiza.

La deflagración derrumbó la cubierta de la discoteca, que cuenta también con un restaurante que regenta la mujer de Narciso Korta y en cuyos bajos se encuentra otro local musical llamado Scanner. Unos empleados de Txitxarro explicaron que el edificio, que había estado abierto hasta las siete de la mañana, quedó «reventado» por la explosión.

Un cazador descubrió ilesa a la pareja encargada de la limpieza y mantenimiento del local, que permanecía maniatada en un lugar próximo, y que, posteriormente, relató cómo ambos fueron capturados por unos encapuchados que les obligaron a abandonar la discoteca.