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El presidente del PSC, Pasqual Maragall, lanzó la noche del viernes una oferta al Gobierno de la Generalitat para dialogar sobre cinco puntos clave, en los que el dirigente socialista condiciona un posible apoyo de su formación durante un periodo de dos años.

En una cena ofrecida en Girona, Maragall pidió al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, iniciar antes del 11 de septiembre un proceso de conversaciones para llegar a acuerdos en materia de inmigración, lectura de la Constitución y el Estatuto, modificación de la ley electoral, reordenación territorial y políticas sobre los medios de comunicación audiovisual. Maragall instó a CiU a realizar una lectura conjunta del Estatuto de Autonomía catalán y de la Constitución, con el fin de impulsar un proyecto de Estado federalista, dentro del cual reclamó la existencia de un sistema de financiación que no esté sometido a modificación cada cuatro años.

Además, el dirigente socialista reclamó también la reforma del Senado, y una reforma de la Justicia, y añadió la necesidad de una reordenación territorial de la Administración catalana que simplifique la «desorganización existente». En materia de inmigración, Maragall reivindicó una mayor participación por parte de las autonomías y los ayuntamientos, ya que «es en los barrios donde se fabrica la pasta de la convivencia y de la intolerancia», indicó. Otro de los puntos de diálogo propuestos por Maragall fue la creación de una ley electoral catalana, que haga especial hincapié en el sistema de adjudicación de diputados, ya que el dirigente socialista criticó que la distribución de escaños se base todavía en un censo de 1978, que «es una estadística muy vieja», dijo Maragall.

«Todas las propuestas de diálogo son bienvenidas». Así respondió el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Xavier Trias, a la oferta del líder del PSC. Trias, que avanzó que CiU estudiará esta oferta, pidió al dirigente socialista que aclare si «es a título personal, en representación del PSC o en nombre del PSOE». Trías, que no ocultó su «sorpresa» por la oferta de Maragall, dijo que demuestra que los socialistas no actúan igual cuando gobiernan y cuando están en la oposición».