El coche bomba provocó un socavón en la calle Manuel Smith de Getxo.

TW
0

El objetivo que ETA perseguía al colocar en la madrugada de ayer un coche bomba en la localidad vizcaína de Getxo era el de atemorizar a un «colectivo social con potencial económico». Así lo afirmó el consejero de Interior, Javier Balza, a pesar de que no quiso relacionar el atentado de ayer con el cobro del impuesto revolucionario. El Gobierno condenó desde Pekín el acto de la banda terrorista.

Balza aseguró que las nuevas remesas de cartas solicitando el impuesto revolucionario no sólo se estaban dirigiendo a las familias más adineradas del País Vasco. La banda terrorista estaba ampliando su radio de acción a empresarios y profesionales de nivel medio.

El atentado de ayer se enmarcaría, según el Gobierno vasco, en esta nueva estrategia de extorsionar a «un colectivo social con un potencial económico», aunque Balza señaló que «no es algo exactamente relacionado con el cobro de dinero, sino con la amenaza que se pretende extender al conjunto social».

El coche bomba que preparó ETA contenía 40 o 50 kilos de explosivos. El Gobierno vasco cree que se puede tratar del material robado en Bretaña el año pasado, aunque también podría tratarse de amosal, dos materiales que causan ondas expansivas similares. El coche explosionado, con matrícula francesa falsa, podría ser robado o alquilado.

Según parece, la DYA y el diario 'Gara' recibieron el aviso a las 0.10 horas de que había un coche bomba en la calle Santiago Zabala de Getxo, zona residencial donde se concentra la alta burguesía vasca. La Policía Municipal acordonó la zona y a las 0.25 horas explosionó el artefacto, que, aunque no causó víctimas mortales, provocó numerosos desperfectos en las viviendas y coches próximos y heridas de carácter leve a cinco personas. Todos los heridos fueron dados de alta a lo largo del día.

Balza aseguró que, a pesar de que ETA advirtió de la colocación de la bomba quince minutos antes de la explosión, aun no está claro de que no intentara un asesinato, ya que «la onda expansiva podría haber causado un efecto de muerte, sin duda», por estar colocado en una calle estrecha.