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OPORTO - BARCELONA El presidente de la Junta de Andalucía y la Comisión Política del PSOE, Manuel Chaves, manifestó ayer por la tarde en Oporto su preocupación por que los candidatos a la Secretaría General del partido «sean sumamente respetuosos entre ellos» durante la campaña previa al congreso federal.

«Los candidatos no son adversarios políticos, el adversario está en la derecha, y me preocupa que la campaña electoral de los candidatos de lugar a un enfrentamiento por razones muchas veces personales, más que por razones de ideas», declaró.

Chaves manifestó su deseo de que la futura ejecutiva de los socialistas españoles sea «reducida en cuanto al número de miembros, que fuera un equipo homogéneo y que no se pudiera formar sobre la base de cuotas territoriales o de cuotas de corrientes dentro del partido».

Sobre la posibilidad de que Felipe González se pueda convertir en presidente del PSOE, el responsable del comité político de los socialistas consideró esta cuestión «secundaria» y que el problema del próximo congreso está en «la determinación de un líder» y «la base política a presentar a los ciudadanos». Chaves acudió a Oporto en calidad de representante español en la reunión de los socialistas europeos en la víspera del Consejo Europeo de Feira.

Horas antes y en Barcelona, Manuel Chaves lamentó que no exista un líder claro en el seno del partido, de la misma manera que lo hay en el PSC en la figura de Pasqual Maragall. Chaves se dirigió a todos los candidatos para pedirles que no se enzarcen en un debate que desangre al partido, aunque destacó que, hasta el momento, el debate se está desarrollando en un marco de respeto. Además, recordó que hasta el inicio del Congreso pueden aparecer nuevos aspirantes, aunque apostó por un número final de 2 ó 3 candidaturas.

Asimismo, dijo lamentar que haya tantas candidaturas en lugar de un liderazgo único y sólido como lo hay en el PSC con Maragall, ya que los socialistas catalanes son «una referencia para el socialismo español». Sin embargo se mostró optimista de cara al Congreso, en el que se determinará «un nuevo liderazgo, un nuevo tipo de dirección y un nuevo proyecto a presentar a la sociedad española».