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El comentario de Felipe González el lunes en el Comité Federal en defensa de la generación que tomó las riendas del PSOE en el Congreso de 1974 en Suresnes suscitó ayer la unanimidad de todas las familias socialistas, y dejó en un segundo plano las restricciones materiales impuestas por el partido a los aspirantes a la secretaría general. Miembros de la anterior Ejecutiva, ex ministros, portavoces del sector guerrista y dirigentes de la Comisión Política justificaron la frase del ex presidente del Gobierno, que ayer se limitó a recordar: «yo sí estuve en Suresnes». González respondió así a quienes en los últimos días se han pronunciado sobre el pasado y el futuro del partido socialista.

Uno de los más enérgicos en la defensa del legado de Suresnes fue el ex secretario de Cultura Joaquín Leguina, quien consideró «una estupidez, un gran despilfarro y una injusticia» el intento de que toda una generación «desaparezca del mapa». También el dirigente del sector guerrista Francisco Fernández Marugán comentó la frase de González y dijo tener «muchísimo respeto por Suresnes y por la gente de Suresnes».

La coordinadora de la Ponencia-marco, Cristina Alberdi, aseguró también que hay un intento de «deslegitimar» el trabajo y a las personas que estuvieron en los gobiernos de Felipe González, y no sólo por parte de «nuestros adversarios políticos sino incluso por algunos miembros del propio partido».

Un día después del comité federal del PSOE, las familias socialistas volvieron a tratar sobre el futuro del partido. Los guerristas han redactado una ponencia política, titulada «El nuevo proyecto político del PSOE», que se presentará el viernes en el que abogan por volver a recuperar el funcionamiento tradicional de la organización socialista.