La eurodiputada socialista Rosa Díez presentó ayer formalmente su
candidatura a la Secretaría General del PSOE, argumentando que se
abre una nueva etapa en la que los que «no han estado en primera
línea política» deben tomar el relevo para «acreditar» de nuevo al
PSOE ante la sociedad y convertirlo en una «alternativa real al
PP». Díez, que recalcó que su decisión es «personal», negó que
tenga «intermediarios o padrinos», en alusión a la vinculación que
se le atribuye con González y el anterior aparato del partido.
Asimismo, instó a otros posibles aspirantes a liderar el PSOE a que
«expliciten» su candidatura para que los delegados puedan elegir en
el XXXV Congreso Federal. «He decidido presentar mi candidatura»,
comenzó rotunda la eurodiputada socialista. Para ello, destacó la
necesidad de que una «nueva generación política», entre la que se
incluyó, se abra paso. «Me siento con ganas, con capacidad, con
fuerzas y con mucha ilusión», resaltó.
Aunque dijo conocer los riegos que asume al ser la primera en
«salir a campo abierto», rompiendo una «tradición arraigada» en el
partido y en la política de «estar a la expectativa», manifestó su
disposición a liderar también un cambio de estilo. Preguntada por
su condición de no diputada en el Congreso, Díez afirmó que para
ser secretario general «no es imprescindible».
La dirigente vasca animó a otros aspirantes a la Secretaría
General a que «expliciten» su candidatura antes de las asambleas
locales o de los congresos provinciales del partido, para que los
afiliados puedan pronunciarse sobre quien debe dirigir el
partido.
Ante la posibilidad de que José Bono sea su «contrincante», Díez
expresó su respeto «personal y político» por el presidente
manchego, aunque dijo que, por el momento, no opina, dado que aún
no sabe si va a ser su rival en el proceso de elección del nuevo
secretario general. En cuanto a sus posibles contactos con el grupo
del diputado leonés José Luis Rodríguez Zapatero, la dirigente
socialista negó haber tenido alguna conversación con él.
Según la dirigente socialista, el PSOE demanda no sólo un debate
de ideas, sino también de personas, ya que lo que rechazan los
militantes es el debate entre familias y federaciones. Y en este
punto, negó que su candidatura represente alguna familia, corriente
o grupo alternativo, así como que tenga «intermediarios» o
«padrinos», e insistió en su deseo de ser la próxima secretaria
general del partido y formar un «equipo cohesionado, plural,
abierto, comprometido con el cambio, moderno, solvente, riguroso y
vacunado contra a resignación».
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