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La quiebra de las sociedad ugetista Promoción Social de Viviendas (PSV) y de su gestora (IGS) se vivió en primera persona en el municipio de Calvià, donde ya habían comenzado las obras de construcción de 102 viviendas sociales en la zona residencial de Son Ferrer. No muy lejos, el aparato inmobiliario del sindicato socialista había invertido cientos de millones en la compra de los terrenos que debían acoger la ambiciosa Marina de Magaluf.

UGT desembarcó en Calvià coincidiendo con el mandado del ex alcalde y destacado sindicalista Francesc Obrador. La puesta en marcha de un plan de viviendas sociales posibilitó que el Consistorio calvianer adjudicara la construcción de una primera remesa de 102 viviendas a PSV. El entonces batle Obrador y la primera teniente de alcalde y delegada de Urbanismo, Margarita Nájera, colocaron la primera piedra de la promoción en abril de 1991, apenas un mes antes de las elecciones municipales de aquel año. Dos años después, la promotora se declaró en quiebra. Estas obras quedaron paralizadas al poco de haber comenzado debido a la quiebra de las dos sociedades ligadas a UGT. Tras la recuperación de los terrenos municipales en 1997, pues sólo habían sido cedidos a PSV-IGS, el Ajuntament de Calvià concluyó la primera fase de 22 viviendas y emprendió la construcción de las 80 restantes.