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El Consejo de Ministros dio ayer su visto bueno a la fusión entre el Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria, anunciada el pasado 19 de octubre y que dio nacimiento al BBVA, aunque ha impuesto a ambas entidades la desinversión en sectores «estratégicos» en los que el Tribunal de Defensa de la Competencia ha detectado presencia en más de un operador relevante. Los ámbitos más importantes en los que los bancos deberán reducir su presencia son energía, telecomunicaciones y los medios informativos, unas condiciones que estarán en vigencia durante cinco años. El informe sobre esta operación elaborado por el Tribunal de Defensa de la Competencia considera incompatible que el BBVA esté presente en más de una empresa de estos sectores con una participación, directa o indirecta, al 3 por ciento, así como su presencia en los consejos de administración de más de una de estas compañías.

El acuerdo aprobado ayer por el Gobierno recoge también el pacto del BBVA con Telefónica, por la «influencia determinante» de la entidad financiera en la operadora, y lo refleja en las condiciones impuestas al computar al banco como «participación directa» la presencia de la operadora en los sectores «sensibles». Por su parte, el BBVA, nada más conocer la decisión del Consejo de Ministros, aseguró que acata el informe de Defensa de la Competencia y que, «como siempre», cumplirá la legalidad.

El BBVA deberá presentar en el plazo de dos meses un programa de desinversiones que cumpla las condiciones impuestas por el Tribunal de Defensa de la Competencia y que el Gobierno ha respaldado. El plan tendrá carácter «secreto» para no perjudicar a los accionistas de las empresas afectadas.

El ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, enumeró los sectores en los que el BBVA deberá desinvertir: generación y distribución eléctrica; producción, transporte y distribución de hidrocarburos; telefonía portátil y fija, servicios prestados por operadores de cable; provisión de servicios de internet; radiodifusión; televisión en abierto, de pago; derechos audiovisuales para televisión en abierto y de pago; acceso directo al bucle local mediante telefonía de banda ancha, y prestación de servicios a exportadores e importadores.

Esta no es la primera vez que el Gobierno obliga a un grupo a realizar desinversiones en algunos sectores para evitar posiciones de monopolio. El pasado año el Ejecutivo autorizó la fusión del Banco de Santander con el Banco Central Hispano, para crear el BSCH, con unas condiciones parecidas, aunque en aquella ocasión las restricciones se limitaron a los sectores de la electricidad, hidrocarburos y telefonía, debido a la menor presencia que tenían estas entidades en otros sectores.