Joaquín Almunia mantuvo ayer una agria polémica con José María Cuevas durante un almuerzo en Madrid ante un centenar de empresarios.

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El presidente de la CEOE, José María Cuevas, y el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, mantuvieron ayer una agria polémica en el transcurso de un almuerzo que mantuvo este último con empresarios, por las actuaciones que pretende acometer el PSOE en materia económica si gana las elecciones. Durante su intervención, el presidente de la CEOE se decantó por la forma de hacer política económica del Gobierno popular, en detrimento de los anteriores gobiernos del Partido Socialista, indicando que los empresarios no están en el plano electoral de ningún partido, sino que se basan en «experiencias acumuladas en varias legislaturas».

Cuevas contrapuso el modelo económico del PP con el modelo socialista. En su opinión, este último se caracterizó por un mayor gasto público, un mayor endeudamiento, más ahorro e inversión públicas y, consecuentemente, menos crecimiento económico y del empleo y más difícil equilibrio de la financiación del gasto social.

Así reconoció que, aunque esta diferencia de modelos puede haber sido fruto de la coyuntura económica, en los últimos cuatro años no les ha ido mal ni a los empresarios, ni a la mayoría de los ciudadanos. El candidato socialista respondió a esta intervención diciendo que «afortunadamente los españoles no están llamados a votar entre una etapa de recesión económica y una de expansión».

Almunia arremetió contra la política de creación de empleo del PP y en clara alusión a los empresarios se refirió a la mala calidad del empleo creado «al que actualmente hacen falta cien contratos registrados en el Inem para crear un solo empleo neto». Además criticó los bajos salarios de los nuevos puestos de trabajo creados en esta legislatura. Además, el candidato del PSOE volvió a criticar las privatizaciones llevadas a cabo por el PP y reiteró su intención de tratar de «impedir que el poder que tuvo el estado caiga en unas pocas manos amigas», en referencia a casos como el de Telefónica, Endesa, Tabacalera o Caja Madrid.

Almunia propuso también a los empresarios dotar de más poder al Tribunal de Defensa de la Competencia, para que este «pueda actuar de forma independiente sin esperar a la iniciativa del Gobierno». En este punto, Cuevas indicó al líder socialista que duda que él mismo se crea que va a ser presidente del Gobierno, porque lo último que haría alguien que quiera gobernar sería dar más poder al Tribunal de Defensa de la Competencia. «Déjese de milongas señor Almunia y si usted realmente quiere gobernar díganos que coño piensa hacer con el Tribunal de Defensa de la Competencia», afirmó. Almunia, que hasta el momento había tratado de usted a todos los empresarios que le preguntaron se dirigió al líder de la patronal y le dijo «me parece sorprendente que quieras un Tribunal de Defensa de la Competencia arrodillado al Gobierno porque esto introduciría escepticismo donde debe haber ilusión (...) y yo voy a gobernar porque soy optimista», sentenció.