Felipe González, que hizo precampaña electoral ayer en Jaén, apuntó que la dimisión de Pimentel se debe a la crisis interna del PP.

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El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, contrapuso ayer la dimisión de Manuel Pimentel, «acorde con los usos y costumbres democráticas», a la actitud de Aznar de mantener en sus cargos a ministros como Rafael Arias Salgado, Loyola de Palacio o Josep Piqué, que no han dimitido en casos similares, «algunos de ellos más graves». Almunia consideró que Aznar debe explicar esa «diferente vara de medir», así como aclarar «por qué, desde que nombró ministro a Javier Arenas, parece que se han utilizado en el Ministerio de Trabajo algunos cargos públicos para llevar a un bolsillo privado dinero de los presupuestos».

El PSOE apoyará la solicitud, anunciada por IU, de que el Gobierno dé explicaciones ante la Diputación Permanente del Congreso de este asunto que, según Almunia, revela «una grave crisis en el Gobierno». El candidato a la Presidencia del Gobierno se refirió a la forma en que se produjo la dimisión de Pimentel y dijo que «no tiene precedentes la dimisión de un ministro a menos de un mes de las elecciones» y que el jefe del Ejecutivo «se haya enterado por la prensa».

Respecto a otras razones que pudieran haber provocado la dimisión del ministro de Trabajo, Almunia señaló que era «vox populi» que Pimentel, a quien calificó de «el ala más moderada» del Ejecutivo, tenía cada vez «mayores desencuentros y menos sintonía con sus compañeros de Gobierno», como se plasmó en la discusión de la Ley de Extranjería, los incidentes de El Ejido o la forma de hacer pública la dimisión, dijo.

Citó el asunto del traslado de la sede de la Dirección General de Correos, en el caso de Rafael Arias Salgado; la situación de Loyola de Palacio, «la ministra del lino»; o Josep Piqué, quien «es público y notorio que no se trata del contribuyente modelo», y afirmó que todos ellos reaccionaron «aferrándose al puesto y al sillón».