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Manuel Pimentel citó en la tarde del sábado a los medios para anunciar su dimisión, con la que se hacía responsable del comportamiento de uno de sus colaboradores, el director general de Migraciones, Juan Aycart, cuya esposa recibió unos 2.000 millones de pesetas en subvenciones del Inem destinados a la formación. Según varias fuentes, Aznar se enteró de la dimisión de Pimentel cuando éste realizaba la rueda de prensa.

Juan Carlos Aparicio, en su primera comparecencia ante los medios tras conocerse el relevo en Trabajo, abogó ayer por seguir adelante con la política desarrollada durante los cuatro años de Gobierno del PP que, según dijo, ha servido para «construir políticas económicas y sociales correctas», sanear la Seguridad Social y crear una riqueza que la «inteligencia» de la sociedad española ha permitido transformar en creación de empleo.

Aparicio no quiso entrar en los motivos de Pimentel para dejar el cargo, explicando que a lo largo de la tarde de ayer mantuvo varias conversaciones telefónicas con Pimentel, aunque no quiso desvelar desde cuando conocía su intención de dimitir.

El hasta ahora secretario de Estado para la Seguridad Social se mostró «sorprendido» por los «elogios» que algunos dirigentes del PSOE han dedicado a Pimentel por un comportamiento que «nunca» se ha dado en las filas socialistas, apuntando que «han elogiado un comportamiento que nunca han practicado y que dudo mucho que vayan a practicar en el futuro».

José María Aznar, en un mitin de Toledo, manifestó que con la dimisión de Pimentel ha quedado claro quien asume responsabilidades y quienes no, añadiendo que al Gobierno del PP nadie le puede dar lecciones sobre responsabilidades políticas. «Lecciones nos van a dar pocas. Lecciones cero, cero patatero», exclamó.