Francisco González y Emilio Ybarra, dieron a conocer a los accionistas el proyecto que desarrollará el nuevo grupo financiero.

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El Gobierno ha empezado a estudiar las consecuencias de la alianza entre Telefónica y BBVA sobre el mercado y la competencia, a la vez que insiste en que las operaciones entre las compañías privadas son responsabilidad de sus gestores. No comparte esta opinión la oposición política que califica la operación como «un oligopolio alejado de la democracia» que pone en peligro la competencia del mercado. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, señaló que el Gobierno ha comenzado a estudiar las consecuencias de la alianza entre Telefónica y BBVA «por las consecuencias que puede tener en el mercado de Internet».

Esta decisión del Gobierno se anunció un día después de que Telefónica y el BBVA firmaran un acuerdo estratégico en virtud del cual la operadora adquirirá el 3% del banco por unos 205.000 millones, mientras que la entidad bancaria ampliará su participación en Telefónica en un 1'4%, hasta el 10%, por 242.000 millones. Ambas operaciones, que afectan a las áreas de Internet, comercio electrónico, plataformas de servicios móviles y medios de pago, se realizarán mediante compras en el mercado y supondrán además la entrada de Juan Villalonga en el consejo de administración del BBVA como vicepresidente.

La alianza entre los dos colosos tuvo una acogida desigual. Así, mientras que el Gobierno valoró de forma positiva la operación, mostrando su convicción de que puede ser favorable para los ciudadanos y consumidores, los partidos de la oposición afirman que es un oligopolio que lesionará el funcionamiento de la democracia y la libre competencia. El secretario general del PP, Javier Arenas, dijo que una alianza como ésta, entre la primera operadora de telecomunicaciones y el primer banco de Iberoamérica, es muy importante en términos económicos y «a lo que va a significar de proyección de futuro».