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Un testigo protegido aseguró ayer, en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por el secuestro, torturas y asesinato de los presuntos etarras José Antonio Lasa y Juan Ignacio Zabala, que tal como le contó el guardia civil Lorenzo Bárez, los autores de estos hechos fueron agentes del cuartel de Intxaurrondo.

Además, entre sollozos, relató como, tras declarar ante el juez Javier Gómez de Liaño, fue violado y torturado, testimonio que las defensas se encargaron de desacreditar. El testigo protegido 1964-S explicó que conoció al guardia civil Bárez, destinado en el Servicio de Información de Intxaurrondo en los ochenta, en Guatemala hasta donde se desplazó para cumplir una misión de protección por orden del comandante del Ejército y miembro del CESID, Fernando Rojas. Sin embargo, no pudo precisar para qué fue a Guatemala ya que, primero dijo que las órdenes eran de una empresa de seguridad y, después, admitió que su misión era espiar a Bárez. Las preguntas del abogado de la defensa, Jorge Argote, le hicieron caer en contradicciones ya que en la fecha en la que dijo que se le ordenó espiar a Bárez, el guardia civil todavía no estaba destinado en la embajada de Guatemala, donde llegó dos meses después. Así, aseguró que en Guatemala compartió piso con Bárez, a quien grabó varias conversaciones, y quien le contó que muchos agentes de Intxaurrondo habían participado en varias acciones de «guerra sucia» contra ETA. Respecto al 'caso Lasa-Zabala', explicó que habían sido los agentes de Intxaurrondo quienes habían secuestrado, torturado y asesinado a los presuntos etarras. Según dijo, Bárez le explicó que «ellos eran la punta de la lanza» y que todos «gozaban de la inmunidad del Gobierno y que, por ello podían hacer de todo».